domingo, 13 de diciembre de 2009

El Problema Vasco

EL PROBLEMA VASCO

Autor: Geromín
Al cumplirse cincuenta años de la aparición pública de la banda criminal ETA, me parece oportuno plasmar en el presente escrito unas breves reflexiones sobre las repercusiones que ha tenido este hecho en la sociedad vasca en particular, y sobre la española en general.
Si en la actualidad se realizase una encuesta a nivel nacional, preguntando: ¿Cuál es a su juicio, el principal problema del País Vasco? Estoy convencido de que un porcentaje muy elevado de respuestas, superior probablemente al 80%, coincidirían en que es la banda terrorista ETA.
Como personalmente no estaría de acuerdo con este resultado, en el presente artículo voy a exponer mis argumentos para justificar esta discrepancia.
En mi opinión, la situación actual es el fruto de cincuenta años de engaño a un pueblo, de los cuales, durante treinta, ha estado sometido a una férrea dictadura encubierta. En el proceso de opresión de la sociedad vasca y de su intoxicación, hay tres verdaderos culpables y luego una serie de colaboradores, activos o pasivos, que con su actitud ante el problema han favorecido o consentido esta triste realidad.
A modo de síntesis, el esquema sería el siguiente:
* MÁXIMOS RESPONSABLES Y BENEFICIARIOS DE LA SITUACIÓN:
Partido Nacionalista Vasco
Iglesia Católica Vasca
Banda Terrorista
* COLABORADORES:
Partido Socialista Obrero Español y Partido Comunista
“Tontos útiles”: periodistas, artistas, etc.
Burguesía vasca
Sociedad vasca
Francia

Vamos a ir analizando el comportamiento de cada uno de los integrantes de esta macabra relación.


1.- El Partido Nacionalista Vasco (PNV)
El PNV creado por Sabino Arana a finales del siglo XIX, sigue al pie de la letra, cuando le interesa, la doctrina de su fundador, una persona resentida por la pérdida de los bienes de su familia como consecuencia de las guerras carlistas, y de ideas reaccionarias y xenófobas. Todos sus escritos destilan odio contra todo aquello que se aparte de sus planteamientos racistas y supongan libertad y properidad.
Tal personaje falseó la historia, se inventó batallas que no existieron y declaró la “guerra santa” al liberalismo, al progreso y por supuesto a España, como estado represor de un pueblo llamado por Dios para salvar a la humanidad del demonio.
Lo que muchos vascos ignoran es que, durante la Guerra Civil, los dirigentes de este partido pactaron con Franco y el célebre “cinturón de hierro” de Bilbao, se disolvió como un azucarillo en un vaso de agua a la llegada de las tropas nacionales y no contentos con este comportamiento, financiaron al bando nacional para salvar sus patrimonios, dejando al pueblo vasco a merced de los avatares de la guerra. Todo ello como prueba de la cobardía que les caracteriza y traicionando a la República que les había otorgado un Estatuto de autonomía.
Posteriormente, iniciaron una serie de contactos con los nazis a través de su lehendakari, José Antonio Aguirre, que se trasladó durante cuatro meses a Berlín para intentar cerrar un acuerdo de colaboración con Hitler, prestándole sus ”gudaris” a condición de que en la nueva Europa fascista, el País Vasco tuviese su propia personalidad. Fracasado en su intento, este demócrata se convirtió en un agente de la CIA, para espiar a los partidos políticos latinoamericanos, según consta en los archivos desclasificados de esta organización.
Existe un documento de la época, muy esclarecedor, elaborado por la dirección del partido, ensalzando la política racista de Hitler y su teoría acerca de la raza aria.
Durante la etapa franquista, colaboraron eficazmente con este régimen e incluso el Ayuntamiento de San Sebastián, por unanimidad, ofreció al Jefe del Estado el Palacio de Ayete para que disfrutase de sus vacaciones estivales, como estuvo haciendo durante treinta y cinco años, con el beneplácito de los nacionalistas.
Próximo el fin del régimen franquista, y conscientes de la debilidad del sistema, empiezan a maniobrar de nuevo dirigidos por Javier Arzallus, otro personaje siniestro, hijo de requeté, ex jesuita, de formación nazi y de ideas reaccionarias. En su delirio xenófobo llegó a afirmar que a los vascos se les puede distinguir, entre otras muchas peculiaridades, por la forma geométrica de su culo.
El PNV diseña, junto con el clero vasco, una estrategia de largo alcance, similar a la que se desarrolló en Alemania contra los judíos, en los años previos a la 2ª Guerra Mundial. Para ello necesitan crear una banda de asesinos, parecida a las juventudes hitlerianas que lleve el terror a las calles y realice el trabajo sucio del proyecto. Es de sobra conocida la frase: “Ellos mueven los árboles y nosotros recogemos las nueces”.
Conseguido el gobierno regional, con la colaboración del partido socialista obrero español, inician un proceso de limpieza étnica y de intoxicación a la población. Manipularon los textos educativos y en las ikastolas se impartía odio hacia todo lo español. Consintieron y fomentaron la barbarie callejera llevando el terror a las calles como medida intimidatoria para todos los ciudadanos que no compartiesen las ideas nacionalistas, dando órdenes muy estrictas para que no actuase la policía vasca, En todo este periodo de tiempo, esta policía no capturó un solo comando terrorista. Con todo ello, consiguieron que más de 300.000 vascos tuvieran que emigrar de su tierra a otras zonas de España para poder vivir tranquilos. Y para mayor escarnio de la democracia designaron a Yosu Ternera, actualmente en “busca y captura” por su participación en diversos asesinatos, para que formara parte de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco.
¡Nunca una cámara de representación popular había caído tan bajo!
En esta línea de despropósitos, mandaron retirar la bandera española de todos los edificios públicos. Tuvieron la vileza de ensalzar a los asesinos haciendo caso omiso de los asesinados. Marginaron a los familiares de las víctimas, despreciando su dolor, …etc, …etc. Podría seguir enumerando una serie de barbaridades y vejaciones que impusieron al pueblo vasco que lamentablemente no tuvo más remedio que adaptarse llegando a considerar como “normal” esta penosa situación.
El “victimismo” y el chantaje han sido sus grandes banderas. Odian a España pero se llevan todo lo que pueden de los Presupuestos Generales del Estado aunque sea a costa de renunciar a sus teóricos principios ideológicos, como hemos comprobado recientemente al votar favorablemente la tramitación de la llamada “ley del aborto”. ¿Qué opinarán sus seguidores que se consideran católicos, apostólicos y romanos?
¿Qué pensaría el ultramontano Sabino Arana de este comportamiento?
Persiguen el castellano, pero se expresan y escriben en este idioma cuando desean transmitir la información que les interesa. Siempre amenazan con su independencia de España, cuando son conscientes de que la oligarquía vasca no lo consentiría jamás pues se terminarían sus negocios y tendrían que cerrar las fábricas.
Esta deleznable labor que han llevado a cabo durante treinta años ha gozado de la permisividad incomprensible del resto de partidos políticos, de los agentes sociales y de algunos medios de comunicación, como ahora veremos.


2.- La Iglesia católica vasca
El comportamiento de esta institución durante los treinta años a que nos referimos ha sido bastante lamentable por no calificarla de repugnante. Por motivos profesionales estuve trabajando en la provincia de Guipúzcoa entre los años 1967 y 1972, y pude ver de primera mano la actitud del clero. Las homilías dominicales que se leían en las iglesias eran auténticas soflamas revolucionarias incitando a la violencia y acusando a los “españoles” de ser los genocidas del pueblo vasco. Inculcaban el odio en los ciudadanos, amparados, por supuesto, por sus obispos entre los que destacaba José Mª Setién, otro tenebroso individuo a tener en cuenta, que no tuvo ningún reparo, como el resto de sus colegas, para acoger en las iglesias, bajo palio, al anterior Jefe del Estado y rendirle cuantas pleitesías fuese necesarias.
También presencié cómo en el Santuario de Nuestra Señora de Aranzazu, se cobijaba a todos los jóvenes que se encontraban implicados en el proceso de creación de la banda terrorista. En este santuario encontraban refugio los que se veían perseguidos por la policía. Allí también se celebraban las reuniones clandestinas.
Cuando moría algún etarra en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad se preparaban fastuosos funerales donde se les daba el tratamiento de héroes nacionales que habían caído en defensa de un pueblo oprimido. Estas ceremonias se negaban a los familiares de los asesinados con el pretexto de no introducir mayor crispación en la sociedad. Curiosa interpretación de la iglesia de lo que debe ser su misión terrenal.
El clero participó activamente en la creación de la banda terrorista, aportando no sólo personas, pues como es sabido, entre sus fundadores había muchos ex seminaristas, sino también infraestructura para el movimiento y cobertura de sus miembros.
Esta actitud unida a la del PNV llevaba a la juventud a tomar la senda de la violencia pues veían como se veneraba a los asesinos. Les anularon como personas para manejarlos de igual modo que a los “kamikaces” japoneses o a los “suicidas” islamistas.
Posteriormente, y ante la brutalidad de los asesinos, la iglesia vasca se vio obligada a “dulcificar” su mensaje, condenando “tibiamente” los asesinatos, pero jamás adoptó una postura clara frente a los mismos. Para el clero vasco no existe el quinto mandamiento de la ley de Dios, pues lo fundamental es la liberación del pueblo oprimido, aunque para ello hubiese que matar a seres inocentes.
La Conferencia Episcopal española se queja de la pasividad de los católicos ante otros problemas de la sociedad y no es consciente de que ella debería haber dado ejemplo tomando postura clara ante lo sucedido en el País Vasco, pero evidentemente no podía hacerlo porque era cómplice directo del problema.
Han consentido y silenciado que el párroco de Maruri haya tenido que abandonar su parroquia después de 34 años por no plegarse a los dictados nacionalistas.
Es muy difícil para los creyentes entender la postura de los obispos españoles y del propio Vaticano ante el vil y taimado comportamiento de los miembros de la iglesia vasca.

3.- La banda terrorista
Como he mencionado anteriormente era necesario crear la tercera pata de ese trípode liberticida que llevara a cabo el trabajo sucio del proyecto elaborado por el PNV y la iglesia vasca. Para ello y bajo la coartada de la lucha por la liberación del pueblo vasco reunieron a un grupo de ex seminaristas y miembros del PNV a los que comenzaron a adoctrinar. Las reuniones se celebraban en los locales de las iglesias para protegerse del acoso de las fuerza de seguridad. Cuando consideraron que disponían de la infraestructura necesaria para sus actividades dieron el salto cualitativo de pasar a los asesinatos. El primer crimen que cometieron fue el del inspector de policía Melitón Manzanas, al que tildaron de torturador del pueblo vasco, para justificar su actuación.
Cuando se aprobó la Constitución y el Estatuto de Guernica por el que se concedía al País Vasco el mayor autogobierno que había tenido en su historia, incluso superior al estatuto de la República, se quedaron sin argumentos para seguir con lo que ellos siguen aún denominando lucha armada. En el seno de la banda se produjeron discusiones ideológicas pero prevaleció la postura de los partidarios del proyecto inicial que incrementaron el número de asesinatos y las dimensiones de los mismos en un intento desesperado de hacer fracasar el proyecto democrático y tener una justificación de su existencia.
Al fracasar en su propósito, la organización criminal se fue convirtiendo en una banda mafiosa que ensanchó su campo de actuación a la extorsión, al cobro del “impuesto revolucionario” a los empresarios y profesionales, al tráfico de armas, de drogas, etc.
Durante estos cuarenta años han asesinado a cerca de mil seres humanos, en algunos casos con verdadero sadismo, ante la complacencia y regocijo silencioso de sus compañeros de viaje.
En la actualidad, carentes de referencia ideológica, son una banda mafiosa del estilo de ”La Camorra” o de “Cosa Nostra”, que por medio del terror y la extorsión impone su criterio en una sociedad que lentamente va saliendo de su letargo.
El retrato robot del etarra de nueva generación es el de un individuo muy joven, fanático, educado en el odio y la violencia, de bajísimo nivel cultural e intelecto no demasiado vigoroso. Curiosamente, su edad coincide con el número de años que el PNV ha gobernado en el País Vasco. Por el contrario, los veteranos de la banda son auténticos resentidos, frustrados porque se dan cuenta de que han dilapidado su vida y no han conseguido nada de lo que les ofrecieron cuando se embarcaron en esta trágica aventura. El rictus de amargura puede verse en sus caras; son individuos sin retorno y sin ideales.

4.- Colaboradores
Dentro de este apartado incluyo en primer lugar, y con un papel muy destacado al partido socialista, en especial a los Sres. Benegas y Jáuregui, que con una permisividad absoluta toleraron las mencionadas actuaciones del PNV, incluso formando parte de los distintos gobiernos nacionalistas. En las primeras elecciones autonómicas y a pesar de haberlas ganado, cedieron, incomprensiblemente, la Presidencia del Gobierno y la Consejería de Educación a los nacionalistas que era lo que iban buscando. Ahora intentan borrar estos comportamientos y se retiran a sus cuarteles de invierno, pero sin su apoyo hubiese sido mucho más difícil llevar a cabo las barbaridades relatadas. En mi opinión, son responsables directos de la tragedia, a pesar de haber sufrido en sus propias filas los asesinatos de la banda criminal. Cuando “Mr. Bean” llega al gobierno y guiado por ese ramalazo visionario. huero e irresponsable que le caracteriza, inició un proceso negociador con los asesinos que, como era de esperar, terminó en fracaso pero les permitió estar presentes en las entidades locales vascas, carcajeándose de la debilidad del gobierno mientras ellos siguen a lo suyo que es matar, atemorizar y extorsionar. El célebre “Caso Faisán” que pasados los años sigue durmiendo el sueño de los justos en el juzgado del presunto prevaricador Baltasar Garzón, es un ejemplo más de la “alegría” con la que actuaba “Mr. Bean”.
En segundo lugar y por méritos propios, figura el “patético” partido comunista, en el que el Sr. Madrazo, con unas ansias inmensas de notoriedad y de poder, formó parte del gobierno nacionalista, de tintes marcadamente fascistas.
Siguiendo con el repaso de los colaboradores, es necesario hacer mención de los que denomino “tontos útiles”, con especial dedicación al “artisteo” tan proclive a manifestarse en contra de cualquier opresión o injusticia en el mundo, excepto en Cuba, por supuesto. Estos “pacifistas” no han movido un solo dedo para demostrar su apoyo a las víctimas o para denunciar el proceso de limpieza étnica que está teniendo lugar en el País Vasco. Todos ellos han mirado para otro lado, probablemente por cobardía. Estoy esperando alguna manifestación pública por parte de los Bardem, Almodóvar, Bosé, etc. Me gustaría que alguno de ellos me explicara la diferencia entre esta situación y la de la Alemania nazi.
En este grupo también incluyo a muchos periodistas y medios de comunicación que han tratado el asunto con absoluta frivolidad, cuando no con desprecio a las víctimas. Han hecho llegar a la opinión pública la idea de que el PNV es un partido democrático y nada más lejos de la realidad, pues como se ha visto es un partido de tintes fascistas. Han ocultado la información que denunciaba una y otra vez esta triste y cruda realidad. Ha sido penoso comprobar cómo la película “El Infierno Vasco” de Iñaki Arteta ha pasado con más pena que gloria por las pantallas cinematográficas porque ningún distribuidor se atrevió a dotarla de la publicidad necesaria. En ella se denuncia, con hechos reales, la dureza de la vida en esa región para todos los ciudadanos que no comparten las ideas nacionalistas. ¡Que hipocresía!
También es colaboradora la burguesía vasca que, salvo honrosas excepciones, se limita a pagar el denominado “impuesto revolucionario” sin poner nada de su parte para terminar con esta situación y ayudar, cooperando con las fuerzas de seguridad, a desmontar la trama de extorsión. Para ellos, es mejor pagar y estar bien visto por ese mundo tenebroso, de tal forma que puedan vivir tranquilamente. Corta visión del problema porque si llegasen a imponerse las tesis de los criminales acabarían siendo sus víctimas. Asimismo la propia sociedad vasca se ha visto sometida a este proceso de degradación moral, llegando a considerar los asesinatos y agresiones como algo normal. Se ha sumido en un silencio temeroso, en especial en el mundo rural, del cual va a ser difícil que salga.
Finalmente, durante muchos años, los distintos gobiernos franceses hacían oídos sordos a las peticiones de España. Por fortuna este comportamiento cambió y en la actualidad se les persigue como a cualquier otro terrorista, con lo que se ha terminado la libertad de movimientos que tenían.
Como resumen de todo lo expuesto, considero que la única posibilidad de resolver este grave problema es una mezcla de medidas políticas, policiales y judiciales eficaces que devuelvan el orden y la normalidad a un pueblo atemorizado que hasta el presente no ha disfrutado de la libertad. Para ello sería necesario que el gobierno español mostrase una actitud firme frente al problema.
Probablemente el nuevo gobierno vasco a pesar de las enormes dificultades con las que se va a encontrar para desmontar el entramado nacionalista podría reconducir esta situación devolviendo la soberanía al pueblo, siempre y cuando “Mr. Bean” no interfiera en este delicado proceso.


Madrid, 8 de diciembre de 2009