viernes, 30 de diciembre de 2011

La Confianza en las Instituciones

Autor: Geromín

El Jefe del Estado en sus dos últimas intervenciones públicas, discurso de Navidad y apertura de la nueva legislatura, nos ha pedido a los ciudadanos que, a pesar de algunos fallos puntuales, confiemos en las Instituciones que son la base para el buen funcionamiento del sistema democrático.
Desde mi punto de vista, S.M. nos pide un ejercicio de fe muy importante para creer en unas Instituciones que nos vienen dando reiteradas muestras, no de fallos puntuales, sino de su pésimo funcionamiento, en especial durante la última etapa socialista del Sr. Rodríguez Zapatero que las ha envilecido y politizado hasta límites insospechados ante la pasividad de las Cortes Generales y de las propias Instituciones.
Sin remontarnos a épocas pasadas, podemos observar multitud de ejemplos en los que estas Instituciones, para las que ahora se nos pide confianza y credibilidad, han tenido comportamientos que me atrevería a calificar de obscenos por el efecto que han causado en la sociedad civil y por ello resulta muy difícil atender su petición.

¿Cómo voy a confiar en el Tribunal Constitucional, si su presidente D. Pascual Sala ha dado pruebas de ser “maleable” en su impartición de la justicia? Él fue el magistrado ponente en el recurso de “Los Albertos” y con una teoría “sui generis” aplicada al efecto, consiguió que no cumplieran la pena de cuatro meses de prisión que les había impuesto el Tribunal Supremo. Este mismo magistrado forzó la Sentencia que ha permitido a los proetarras estar presentes en las Instituciones para las que ahora nos piden comprensión. Y no cito sentencias anteriores que dañaron irreversiblemente la credibilidad de este Tribunal que se encuentra inmerso en un permanente conflicto competencial con el Tribunal Supremo que podría resolverse si pasase a ser una Sala más de este Tribunal y no como en la actualidad que es en realidad un Tribunal de apelación.

¿Cómo voy a confiar en el Consejo General del Poder Judicial si sus miembros son elegidos por las Cortes Generales, vulnerando el principio de independencia de la Justicia y lo dispuesto en el art. 117.1 de la Constitución Española? Han dado igualmente pruebas de comportamientos diferentes según la ideología del juez examinado. ¿Han seguido el mismo criterio para sancionar a los Sres. Gómez de Liaño o Garzón? Evidentemente que no. Al primero, le separaron fulminantemente de la carrera judicial por haber intentado que el entonces todopoderoso Sr. Polanco cumpliese con la legalidad vigente, mientras que con el segundo, ha tenido que ser la presión de la prensa y de la sociedad civil la que les ha obligado a suspenderle cautelarmente de sus funciones ante la evidencia de que sus actuaciones como juez instructor, presuntamente, son constitutivas de delito. Además ha consentido durante años la puesta en escena del Sr. Garzón, con todos los medios de comunicación a su disposición para ejercer la justicia en beneficio propio vulnerando el secreto de los sumarios o los derechos de los imputados. Que yo recuerde no ha existido advertencia alguna sobre este comportamiento impropio de un magistrado. Igualmente se ha permitido al Sr. Gómez Bermúdez cerrar en falso el proceso relativo al atentado que causó cerca de 200 victimas, sin que se haya investigado a fondo y se hayan podido aportar todas las pruebas solicitadas por los defensores de las victimas.

¿Cómo voy a confiar en la Fiscalía General del Estado que ha demostrado actuar a las órdenes del Gobierno sin tener en cuenta lo establecido en el art. 124 de la Constitución Española? El Sr. Conde-Pumpido no ha abierto diligencia alguna sobre casos tan llamativos como el denominado “Chivatazo del Bar Faisán” o el dudoso enriquecimiento del ex Presidente del Congreso. Por el contrario, ha reaccionado rápidamente para actuar en aquellos otros que favorecían los deseos del Gobierno e incluso ha arremetido contra periodistas que hacían públicas algunas conductas irregulares, cuando no ilegales, de algún miembro del Gobierno.

¿Cómo voy a confiar en el Banco de España, si su Gobernador, el Sr. Fernández Ordóñez ha sido cómplice del Gobierno en el tratamiento de la crisis financiera? Su actuación nos ha llevado a la actual situación en la que con el dinero de nuestros impuestos tendremos que pagar el saneamiento de un sistema que viene deteriorándose desde años atrás y que al haber renunciado a su cometido fundamental como es el de la supervisión e inspección de las entidades bancarias nos ha llevado al borde de la quiebra.

¿Cómo voy a confiar en las Cortes Generales, si sus miembros no van a servir al Estado sino más bien al contrario, a servirse del Estado? Los partidos políticos nos imponen unas listas cerradas en las que los ciudadanos no podemos elegir aquellas personas que nos parezcan mejor preparadas. Considero que la condición de parlamentario debería ser un honor para el elegido que le permite defender y mejorar las condiciones de vida de sus representados y no, como sucede en la actualidad, que es una sustanciosa fuente de ingresos y se limita a votar las propuestas del partido político al que pertenece. ¿Cómo se puede explicar que un diputado socialista de Extremadura haya votado favorablemente el Estatuto de Cataluña que empobrece a los extremeños?
¿Por qué gozan de unos privilegios escandalosos? Basten los siguientes ejemplos para avalar mi postura:
* Derecho a cobrar la pensión máxima con sólo 8 años de trabajo.
* Disfrute de un Plan de pensiones privado con cargo a los Presupuestos Generales del Estado.
* Retención del 4,5 % en el I.R.P.F.
* Pago de las cuotas a la Seguridad Social y a las Mutualidades con cargo al Presupuesto de las Cortes.
* Cobro de sus retribuciones compatible con cualquier otra percepción del Estado.
* Elevado absentismo.
* Gastos suntuarios excesivos (Dietas, móviles, personal de apoyo, etc).
* Retribuciones salariales que causan estupor en los ciudadanos por su elevada cuantía.
* Dilatados periodos vacacionales (en el momento presente van a estar 111 días sin celebrar Pleno alguno).
Y para cargar más las tintas, solamente, el 30% de los parlamentarios se dedican plenamente a esta actividad. Además exigen traducción simultánea en el Senado que es una Cámara de una inutilidad demostrada, sin importarles nada el coste de la “broma”.

¿Cómo voy a confiar en las Comunidades Autónomas que han despilfarrado el dinero público sin ningún tipo de control y han aprovechado para conceder subvenciones públicas a sus familiares o amigos con una desfachatez digna de mención, como es el caso de los falsos EREs en la Junta de Andalucía que terminará en algún despacho sin haberse depurado responsabilidades penales.
Sirvan de ejemplo las siguientes obras faraónicas que actualmente están, prácticamente, fuera de servicio:
* Aeropuertos de Ciudad Real, Castellón, Lérida, León y Badajoz
* Tren de Alta Velocidad Toledo-Cuenca
* Palacios de Congresos en numerosas ciudades que apenas se utilizan.
Todas ellas han requerido inversiones millonarias y créditos de las correspondientes Cajas de Ahorros que ahora necesitan ser ayudadas con fondos públicos para su supervivencia y viabilidad.
¿Quienes son los beneficiarios de estos créditos?
Han actuado como verdaderos reinos de Taifas convirtiendo España en 17 mercados, con requisitos administrativos diferentes en perjuicio de las empresas que ven encarecidos sus costes de producción innecesariamente.
Han contratado funcionarios sin medida alguna y se han rodeado de “cortesanos” que cantan las hazañas de estos “sátrapas” que, incluso, han abierto “embajadas” en otros países.
Se han acondicionado verdaderos palacios como residencias habituales de los presidentes a costa del erario público.
Los parques de vehículos oficiales de alta gama que se están descubriendo causan estupor entre la opinión pública, pero no pasa nada.

¿Cómo voy a confiar en los Ayuntamientos en los que se han detectado multitud de casos de corrupción? Hasta el momento presente no hay un solo imputado que esté en prisión y los casos se van ”tapando” con el paso del tiempo. Los salarios de los Alcaldes son escandalosos. Sirva de ejemplo que el Alcalde de Alcobendas cobra 95.000 euros al año. Cualquier concejal de un municipio pequeño dispone de tarjeta de crédito para pagarse sus gastos “oficiales”. Las recalificaciones del suelo y la concesión de licencias han sido las vías de ingresos atípicos de estas instituciones y de sus miembros.

¿Cómo voy a confiar en los Órganos reguladores, léase: Comisión Nacional de Energía; Comisión Nacional del Mercado de Valores o Tribunal de Defensa de la Libre Competencia si todos sus presidentes son nombrados por el Gobierno? Estará por producirse el primer caso en que un acuerdo de uno de estos Órganos discrepe de la posición del Gobierno.

¿Cómo voy a confiar en el Tribunal de Cuentas si sus actuaciones no tienen efecto legal alguno pues sus Informes y Memorias siempre llegan con demasiado retraso? Aunque el art. 136 de la Constitución Española le atribuye una serie de competencias, la realidad es que las Administraciones Públicas no están interesadas en su buen funcionamiento porque les podría desmontar alguno de sus “negocios”.

¿Cómo voy a confiar en los Partidos Políticos si el sistema de selección de sus cargos sigue un proceso negativo? Para ascender dentro del partido sólo vale el servilismo, no se tiene en cuenta la formación académica, la trayectoria profesional o la valía de la persona. ¿En qué democracia consolidada hubiesen podido llegar a ser ministros del Gobierno, personajes como: José Blanco, Bibiana Aído, Leyre Pajín, José Montilla, etc. que son analfabetos culturales y carecen de experiencia profesional? Y no digamos del Sr. Rodríguez Zapatero cuyo bagaje intelectual y su formación dejan mucho que desear.

¿Cómo voy a confiar en las Centrales Sindicales, cuya única preocupación es conseguir incrementos en las subvenciones públicas, potenciar su posición dominante en el mundo laboral y cobrar por la autorización de ERES aunque ello suponga aumentar las listas del paro? No se ha visto actuación alguna para intentar solucionar la situación de los cinco millones de parados. Lo único seguro es que ningún directivo de estas Centrales o familiar suyo figura en las listas del paro.

¿Cómo voy a confiar en el Gobierno de la nación, si en estos últimos ocho años ha gobernado solamente para los de su ideología, ignorando, cuando no agrediendo a los que no opinaban como ellos? Este Gobierno saliente ha dejado a España en una situación económica, social, moral y educativa verdaderamente lastimosa y ahora cuando es derrotado en las urnas, abandona sus puestos y retornan a sus casas sn responsabilidad alguna y a disfrutar de las prebendas establecidas al efecto. En el resto de las profesiones: médicos, abogados, ingenieros, etc. existen responsabilidades civiles e incluso penales para cualquier profesional que cometa un error grave en el ejercicio de su profesión. En el caso de los políticos esta circunstancia no se da ni se ha planteado establecerla. Cuando se descubre, por la prensa algún caso de corrupción, como ahora es el de José Blanco, lo primero que hacen es negar la evidencia y luego esperar que pase el tiempo que todo lo cura.

Este estado de descomposición social ha llegado hasta la propia Casa Real, en la que uno de sus miembros, independientemente de si ha cometido delito o no, ha tenido una conducta censurable al sumergirse en el “mundo de los negocios”, olvidándose de su pertenencia a una Institución del Estado que está obligada a dar ejemplo en sus comportamientos.

En resumen, Majestad, nos pide un esfuerzo sobrehumano difícil de llevar a cabo dada la situación expuesta. En mi opinión, para solucionar este grave problema, el primer paso deberían darlo las Instituciones, mejorando sus comportamientos y ejerciendo las competencias que la legislación vigente les asigna sin temer que los políticos de turno puedan destituirlos. En ese caso, los ciudadanos podríamos empezar a confiar en unas Instituciones que actualmente para lo único que sirven es para incrementar el déficit del Estado.

Madrid, 1 de enero de 2012

martes, 29 de noviembre de 2011

La Hora de las Responsabilidades

Autor: Geromín

Apenas han transcurrido diez días desde que los ciudadanos se pronunciaran clara y contundentemente contrarios a la forma de gobernar del partido socialista que ha llevado a España y a los españoles a un deterioro económico, moral, cultural y social lamentable y ya han comenzado a escucharse las primeras críticas públicas al “zapaterismo” en un intento sutil de eludir responsabilidades por parte de aquellos que han disfrutado de sus dádivas.
Sirva de ejemplo el reciente editorial de El País, periódico afín al PSOE, en el que Juan Luís Cebrián le dedica un “encendido homenaje” que contiene las críticas más duras contra Rodríguez Zapatero que se hayan podido leer en un periódico de tirada nacional en estos últimos años.
En mi opinión personal, la peligrosa situación en la que nos encontramos es fruto de la actuación de una serie de organizaciones, instituciones y personas que han contribuido, activa o pasivamente, a este final, halagando y coreando las “hazañas” y “tropelías” del presidente del gobierno.
Durante estos ocho años penosos no se ha oído en su entorno una voz discrepante que advirtiese del riesgo que estábamos asumiendo. Todo se justificaba en aras de una modernización del país y aquel que osara verter algún comentario contrario a su política se veía acosado por la inquisición zapateril y era tachado de fascista y reaccionario.
Finalizado este periodo de permanente intoxicación mediática de la opinión pública y de persecución al hereje, considero que es buen momento para definir las responsabilidades de todos y cada uno de los actores de este drama y que cada palo aguante su vela.

Sin duda alguna, todos estaremos de acuerdo en que el máximo responsable del desastre es José Luís Rodríguez Zapatero que por su formación y características personales no estaba capacitado para asumir tan alta responsabilidad. El pasado día 5 de septiembre publiqué en mi blog un artículo titulado: “El Ocaso del Zapaterismo” en que analizaba su personalidad y su forma sectaria de gobernar. Por tanto, no considero oportuno reproducir aquí todo lo descrito en él que adquiere plena actualidad con los últimos acontecimientos. Solamente me limitaré a remarcar su incompetencia, su sectarismo, su despilfarro económico y su falta de ética para mentir y manipular la verdad de forma continuada. Su pertenencia a la masonería podría haber influido también en sus decisiones que han ido dirigidas a dividir, empobrecer, desprestigiar y debilitar a España como lleva haciendo esta secta en los últimos dos siglos de nuestra Historia.
Con esa sonrisa “bobalicona” y haciendo gala del “buen talante” implantó en su propio partido y en el país una férrea dictadura sobre los medios de comunicación, no consintiendo opiniones ni posturas discrepantes. Ha intentado cambiar la Historia y fomentar el odio entre los españoles reabriendo viejas heridas que no estaban cicatrizadas. Su gestión al frente del gobierno en todos los ámbitos del poder puede calificarse de lamentable, erigiéndose como el peor presidente de la era democrática.
Sería higiénicamente muy saludable para la democracia que a este individuo se le aplicase lo dispuesto en el artículo 102 de la Constitución Española, y el nuevo Congreso de los Diputados le acusara de traición y de atentar contra la seguridad del Estado, iniciándose el correspondiente proceso penal. Considero que esta decisión, si se aprobara, serviría de vacuna para protegernos de futuros “advenedizos”.
Para los ciudadanos resulta muy frustrante comprobar cómo una persona que ha producido tanto daño pueda volver a su casa, en el lujoso barrio de Somosaguas, sin haber pagado, de alguna forma, los perjuicios causados.

En cuanto a responsabilidades se refiere se ha de considerar que la Jefatura del Estado dentro de las limitaciones que le impone el artículo 56 de nuestra Constitución debería haber actuado discretamente para evitar el desastre. La pasividad absoluta mostrada por el Jefe del Estado en esta coyuntura histórica choca abiertamente con la actividad frenética que desarrolló en el año 1980, cuando el rumbo errático del entonces presidente del gobierno ponía en peligro la estabilidad del país e incluso de la propia Corona. En ese momento, el Rey movió todos sus contactos para desplazar a Adolfo Suárez de la presidencia del gobierno e, incluso, se preparó un plan alternativo por si fracasaba ese objetivo.
Personalmente, considero que la situación de España en estos últimos años, en especial en 2009 y 2010, ha sido más delicada y preocupante que la que se daba en el referido año 1980.
Ante este comportamiento inoperante del Jefe del Estado, los ciudadanos podemos preguntarnos, con razón: ¿Para qué nos sirve la Monarquía?
Ha tenido que ser la Unión Europea la que, bajo presiones económicas, ha reconducido el despilfarro y el desorden en la gestión presupuestaria del gobierno.

Igualmente, en esta relación de responsables se encuentra el PSOE que eligió, mantuvo y apoyó sin fisuras hasta el final a su Secretario General. En el año 2000 y como consecuencia de otra derrota electoral, menos dura que la actual, se inició un proceso de renovación del partido para elegir un nuevo Secretario General y una nueva Ejecutiva. El candidato que se postulaba en la dirección del mismo era José Bono, pero el odio personal que sentían hacia él tanto Alfonso Guerra como Pascual Maragall, les hizo movilizar sus poderosas influencias y buscar apresuradamente otro candidato. Apostaron por Rodríguez Zapatero que era un burócrata del partido sin experiencia ni formación alguna y aparentemente manejable por sus Barones. El apoyo de la logia masónica a la que pertenece también favoreció su elección. Posteriormente, en el año 2004 fue elegido presidente del gobierno sobre 192 cadáveres y en circunstancias todavía no aclaradas debidamente, e inició su nefasta trayectoria al frente de la nación. Durante estos ocho años de mandato no ha habido dentro de los órganos de gobierno de su partido una sola voz discrepante, más bien al contrario todo eran halagos y sonrisas por su maravillosa y eficaz gestión. Que yo recuerde, solamente Joaquín Leguina escribió, hace años, un artículo en que denunciaba su gestión, vaticinaba el descalabro electoral que se ha producido y presagiaba la complicada situación en la que “el visionario” dejaría al partido socialista.
Finalmente y en base a las encuestas que circulaban han tenido que apartarle de la campaña electoral, pero al ser demasiado tarde no han podido evitar el descalabro en las urnas. Por cierto, en la designación del nuevo candidato, el Sr. Rodríguez ha vulnerado, con el beneplácito de la Ejecutiva, los estatutos del partido y ha seguido el mismo procedimiento “digital” que aplicó José María Aznar cuando designó a Mariano Rajoy que tan reiteradamente fue criticado por el partido socialista alegando falta de democracia interna en el partido popular.
En mi opinión, un partido político responsable debería disponer de unos filtros previos que evitaran la llegada al poder de analfabetos e incompetentes, ya que al final se vuelve contra ellos mismos, pues a raíz de las elecciones de mayo y de noviembre del presente año se van a quedar sin cobrar de las arcas públicas miles de militantes, muchos de los cuales, al no tener oficio ni beneficio, van a terminar engrosando las cifras del paro.
Espero y deseo que esta desagradable experiencia les haya servido de lección para que no vuelvan a caer en los mismos errores, pero mucho me temo que se cumplirá el dicho popular que dice: “el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”.
Por las informaciones que se filtran de lo tratado en la reunión de la Ejecutiva celebrada el pasado fin de semana y coincidiendo con lo expuesto por Joaquín Leguina en su artículo titulado: El final del paganismo y el comienzo de lo mismo, presiento que para el bien de España, van a volver a tropezar en la misma piedra.

En esta penosa lista, sitúo también a los que denomino “Subvencionados”: es decir, aquellos que, en agradecimiento a las cuantiosas cantidades de dinero público recibido, han apoyado y coreado todas las barbaridades y desmanes que cometía el “Jefe”.
Rodríguez Zapatero muy astutamente y disponiendo caprichosamente de los fondos públicos ha creado en estos años de gobierno una red de clientelismo que le ha sido fiel hasta su defenestración.
Dentro de este grupo se ubican las siguientes organizaciones y personajes:
a) Los llamados sindicatos de clase, UGT y CCOO, que a fin de no perder las subvenciones anuales recibidas han renunciado a la defensa de los trabajadores a los que dicen representar y cuando el gobierno ha aplicado recortes importantes en sus derechos han mirado para otro lado. Sirva de información al respecto que en el presente año cada uno de estos sindicatos ha recibido 50 millones de euros de subvención directa, a lo que hay que añadir lo cobrado por los ERES aceptados y otros ingresos atípicos.
b) “El sindicato de la ceja”, constituido por un conjunto de “titiriteros” que ha recibido de las arcas públicas numerosas subvenciones para dirigir y producir auténticos “bodrios”, que no películas, cuyo guión central era siempre la guerra civil y lo buenos y honestos que eran los republicanos. Del mismo modo la implantación del canon digital, les ha llenado las arcas, en especial las del Presidente de la SGAE.
Estos “artistas” como prueba de solidaridad con los más desfavorecidos, llevaban sus capitales a paraísos fiscales o los gestionaban a través de una SICAV cuyas plusvalías cotizan al 1%, sin que el “rojo” Zapatero, en sus medidas de ajuste económico, haya modificado este irrisorio porcentaje de tributación.
Al final, han abandonado el barco como las ratas y da la impresión de que se les haya tragado la tierra pues han cesado en sus manifestaciones públicas de apoyo incondicional al “Jefe”.
c) Los medios de comunicación afines, léase Prisa y Mediapró, que por un tratamiento crediticio privilegiado por parte de las entidades financieras y por contratos sustanciosos firmados con las televisiones públicas, respectivamente, han permanecidos fieles a la línea política del “visionario”. Igualmente estas televisiones públicas y otras cadenas privadas como la creadora de la “telebasura” no han cejado en su empeño de presentar ante la opinión pública la gestión del presidente como un avance democrático y de modernización del país.
d) Personajes indeseables y de dudosa moralidad, léase Baltasar Garzón, Cándido Conde-Pumpido, etc. que han manejado la Justicia al son que dictaba el “sectario”, vulnerando la legislación cuando era necesario o no actuando cuando no interesaba, como lo ocurrido con el llamado “caso Faisán”. Esperemos que el Sr. Garzón se termine sentando en el banquillo de los acusados en los tres procedimientos que tiene abiertos por presunta y reiterada prevaricación. Otros, como Miguel Ángel Fernández Ordóñez no ejerciendo su cometido de supervisor del sistema financiero y siguiendo las instrucciones del gobierno encubrir la gravedad de la situación.
e) Instituciones financieras, como el Banco de Santander, La Caixa, etc. que no han criticado en ningún momento las medidas económicas del gobierno, más bien al contrario, en más de una ocasión hemos visto al Sr. Botín defendiendo públicamente la gestión económica del presidente. Probablemente, porque esa actitud les permitía seguir ejecutando hipotecas, falseando balances, recibiendo dinero público o como acabamos de ver con el indulto de Alfredo Sáenz asegurándose inmunidad jurídica. Ahora cuando la situación ha cambiado solicitan incremento de las subvenciones públicas para sanear unas cuentas que ellos mismos han falseado durante años. En connivencia con el Gobernador del Banco de España han iniciado un proceso de desmantelamiento de las Cajas de Ahorro que nos va a costar a los españoles miles de millones de euros por los sustanciosos créditos concedidos a sus amigos.

Finalmente, en esta relación de responsables incluyo a los partidos políticos: CIU o PNV que han dado apoyo parlamentario a todas las medidas del gobierno y han permitido que éste sacara adelante leyes que iban en contra de sus propias ideologías como es el caso de la ley del aborto, que fue votada favorablemente por los reaccionarios y católicos vascos para seguir “chupando de la teta”. Igualmente, recién constituidas las Cortes Generales en el año 2004 se prestaron a crear ese “cordón sanitario” que ideó el Sr. Rodríguez para aislar al partido popular que representaba casi a la mitad de los españoles.

En este breve artículo he intentado dejar constancia de todos los responsables, en mi opinión, del desastre actual y que iremos viendo como, poco a poco, intentarán desmarcarse de la gestión “zapateril” alegando las más inesperadas y estrambóticas razones.

Madrid, 30 de noviembre de 2011

martes, 15 de noviembre de 2011

Lágrimas en la Sequía

Autor: Santos Gil

No es que tratemos de enmendar la plana al programa cinematográfico del escritor Juan Manuel de Prada, sino que se trata de una fotografía de un reciente mitin preelectoral del Sr. Rubalcaba y sus “jóvenes” compañeros socialistas para agradecer, entre lágrimas, a ETA y organizaciones afines, su comunicado sobre el cese de la actividad armada.
La sequía pluvial que hemos padecido desde la primavera es un símbolo de la sequía política, moral, cultural, intelectual y económica a que nos han llevado las “intuiciones” (¿verdad Srª. Salgado) de Rodríguez Zapatero, coreadas por casi todos los estamentos nacionales (ahora empiezan a surgir los “conversos”), salvo algún medio de comunicación y muy pocos con posturas claras.
Ante dicho anuncio de ETA, ninguna entidad política, incluyendo la Corona y la propia Iglesia vasca han deducido y proclamado que se trata de una simple operación de apoyo electoral a los amigos y afines que no altera la ruta marcada por un antiguo pacto, al que aluden alguna vez los periodistas, hecho a distintas bandas, de restablecer las autonomías republicanas sin descartar repercusiones independentistas. Solo reclaman las Asociaciones de víctimas y los repetidos medios de comunicación, pero estas entidades no son formalmente “políticas”.
En el caso vasco, la ideología racista, mezclada con una tradición religiosa, hizo que ya en la República se buscara el apoyo del Vaticano, engañando al nuncio en España, Monseñor Tedeschini y al propio secretario de Estado, Eugenio Pacelli.
El PNV había tenido relaciones directas con el Vaticano hasta el punto que a principios del año 1936 José Antonio Aguirre, entonces lendakari, buscó tener en Roma un representante directo. Por su parte los catalanes trataron que la Santa Sede permitiera cierta autonomía eclesiástica en su región.
En diciembre de 1936, el cardenal Gomá fue nombrado representante confidencial y oficioso ante la Santa Sede. La representación española estaba vacante desde el abandono del embajador Zulueta. Gomá negoció la publicación, el 1º de julio de 1937, de la carta colectiva del episcopado español llamada de la Cruzada. Pero dos obispos, Múgica, de Pamplona, y Vidal i Barraquer, de Tarragona, no firmaron esta carta colectiva, pues habían salido de España por motivos “particulares”. El primero no era de convicciones nacionalistas, pero había tenido algún enfrentamiento con ellos.
Dichas circunstancias influyeron en la politización del clero vasco, y su inclinación por la autonomía vasca que, con el tiempo, se ha vuelto contra la ideología cristiana relegada a favor del radical-nacionalismo. En general se ha convertido en protector de ETA, en conjunción con el PNV.
Por lo que se refiere al nacionalismo catalán vemos también una amplia protección por parte de la Iglesia a las instituciones “democráticas” nacionalistas, incluso antes de la llegada de la democracia.
Cuenta José Tarradellas en sus Memorias las gestiones realizadas para restablecer la Generalidad, fundamentalmente las llevadas a cabo por los diputados catalanes socialistas Joan Reventós, J.M. Triginer y E. Martín Toval, primero con el presidente Adolfo Suárez, con quien la entrevista fue “tensa, agria, poco cordial”. Al día siguiente, el 21 de junio de 1977, se entrevistan estos mismos diputados con el Rey quien “los animó a llevar a buen término la cuestión de la autonomía de Cataluña”. El relato de Tarradellas añade que, según Reventós, “el Rey comprendía perfectamente que la falta de solución de la cuestión catalana podía convertirse en un grave problema de desestabilización de la democracia” y que iniciar la negociación de la autonomía catalana “implicaba la solidaridad con todos los pueblos de España… y aportar una solución original al tema de la organización del Estado”.
Tarradellas se entrevistó en Francia con su homólogo vasco en el exilio, entrevista sobre la que el Correo Catalán del día 15 de julio de 1977 opinaba que no sería “un simple contacto formal, sino una reunión que intentará llevar adelante una acción conjunta entre las dos nacionalidades”, y hemos visto años después, ya en este siglo, que la “acción conjunta” abarca también a ETA, que ha servido de conducto para que regiones privilegiadas por el poder (como ocurrió con los aranceles), una vez más, contribuyan a la descapitalización, en todos los ordenes, de España.
Así no se puede embridar a las restantes autonomías y articular la necesaria política común que se está reclamando para Europa.
¿Qué nos espera? Más lágrimas, pero no de cocodrilo.

lunes, 6 de junio de 2011

El Sindicato de la "Ceja"

Autor: Geromín

Cuando en el año 2003 se inicia la guerra de Irak por motivos estrictamente económicos, como suele suceder siempre, y España, junto con el resto de los países europeos, apoyó esta decisión, la “progresía nacional” se movilizó inmediatamente y adoptó una postura pacifista en contra de la guerra. No había evento artístico o de cualquier otra naturaleza en que no aparecieran los “titiriteros” con su célebre pegatina del “No a la guerra” y expresaran su condena a la violencia. Llegaron a conseguir que los ciudadanos tuviesen sentido de culpabilidad por la barbaridad que había cometido el gobierno de José Mª Aznar participando en lo que ellos calificaban de genocidio, cuando la realidad es que la presencia de tropas españolas en ese país fue puramente testimonial.
En línea con esta actitud que evidentemente había sido debidamente planificada por el partido socialista para erosionar al gobierno con vistas a las elecciones generales del año siguiente, la primera medida que adoptó Rodríguez Zapatero nada más llegar al gobierno, fue ordenar la retirada unilateral de las tropas españolas de Irak. Este comportamiento supuso para España el inicio del ostracismo internacional, al que estamos sometidos desde entonces, pero el efecto mediático se había conseguido.
Los promotores de este movimiento pacifista a la vista del éxito obtenido, decidieron unir sus esfuerzos y ampliar su apoyo al gobierno constituyendo el denominado “Sindicato de la Ceja” en alusión a su logotipo facial, y al que se afiliaron gran parte del mundo de la farándula, salvo honrosas y dignas excepciones que no se plegaron a los designios de los promotores aun a riesgo de perder las subvenciones públicas, como denunció el cantante Loquillo.
Evidentemente este apoyo no fue desinteresado ni gratuito, pues a partir de ese momento empezaron a recoger los frutos de su posicionamiento.
Por un lado, las subvenciones al moribundo cine español se multiplicaron de forma escandalosa, hasta el punto de que en el año 2010 superaron los 85 millones de euros, cuando la recaudación en taquilla de todas las películas españolas no llegó a los 70 millones. Estas dádivas pueden alcanzar hasta el 50% del presupuesto de la película con un tope de 1,2 millones de euros por film. Como prueba evidente del despilfarro hay que reseñar que, el 40% de las películas subvencionadas, no llegaron a estrenarse o tuvieron menos de 100 espectadores.
Por otro lado, la Sociedad General de Autores de España (SGAE) se convirtió, en connivencia con el gobierno socialista, en una segunda Agencia Tributaria cobrando unos supuestos derechos de autor en cualquier evento o lugar en que escucha música o se consultasen libros. Su osadía la llevó a cobrar en hospitales, centros de tercera edad, fiestas familiares, bibliotecas, etc.
Para seguir llenando las alforjas de los “pacifistas”, el Parlamento, con el apoyo inexplicable del partido popular, dio otra vuelta de tornillo aprobando el canon digital y posibilitando el cierre de páginas web que pudieran ser sospechosas de reproducir canciones o películas. Este impuesto, similar al IVA, debemos pagarlo todos los ciudadanos al adquirir cualquier equipo que pueda tener tal posibilidad, independientemente de si se hace o no uso de ella. Recientemente, este atropello ha sufrido serios reveses judiciales. El Tribunal Europeo de Justicia lo ha declarado ilegal y la Audiencia Nacional ha anulado la orden que desarrollaba este atraco. Pero los recaudadores siguen a lo suyo ante la pasividad escandalosa de un gobierno que, siempre se manifiesta muy respetuoso con las decisiones judiciales, pero que nunca hace nada para que se cumplan cuando éstas no son de su agrado.
Sirva de orientación resaltar que la recaudación de la SGAE en el año 2010 ha sido de 341 millones de euros, con un incremento sostenido del 9% durante los últimos años, para disfrute de los “pacifistas”.
Me permitiría recordar a este sindicato, amante de la vida, que en ningún momento hicieron manifestación alguna, particular o de forma colectiva, sobre los crímenes de ETA que son tan reprobables como las guerras.
Cuando en el año 2009 se recrudece la guerra de Afganistán, el gobierno socialista para congraciarse con Barak Obama, que de forma sorprendente se había convertido en la referencia política de Rodríguez Zapatero modifica su posición pacifista y decide incrementar en 2.000 hombres la presencia española en ese país. Ante este giro inesperado del gobierno, los miembros del “Sindicato de la Ceja” a los que podríamos denominar “cejiangulados” porque se encuentran a caballo entre los ungulados y los unguiculados, es decir, con uñas y con pezuñas, se encontraron descolocados y permanecieron mudos. Se intentó desesperadamente justificar este cambio de actitud recurriendo a uno de los muchos eufemismos que utilizan los políticos. La palabra guerra desaparece del lenguaje socialista y se sustituye por “misión de ayuda humanitaria” o “misión de paz” para el pueblo afgano.
Curiosamente, en el transcurso de esta “misión de ayuda humanitaria” han fallecido 93 militares españoles mientras que en la terrible guerra de Irak solo hubo 12 muertos.
Pero no termina aquí el drama para los “pacifistas” ya que en el presente año se produce otro acontecimiento militar como es el caso de Libia en el que las potencias occidentales, a instancias de Francia, deciden derribar a un gobierno legalmente establecido apoyando a unos rebeldes, sin ideología definida, reclutados por los servicios secretos franceses para desestabilizar el régimen, para lo cual bombardean al pueblo libio provocando victimas civiles y militares, lo que se denomina “daños colaterales”.
La realidad es que como en el caso de Irak existen unos fuertes intereses económicos franceses que peligraban por la inclinación de Gadafi a no depender de Francia y derivar hacia España e Italia. Si hubiera sido verdad el motivo alegado por los agresores, creo que Siria, Arabia Saudí, Irán, Marruecos, Yemen, etc. tienen regímenes autoritarios similares o peores a los de Libia y se han producido represiones gubernamentales, sin reacción alguna de la OTAN porque, en mi opinión, sus intereses energéticos están asegurados o no existen.
Una vez más, el gobierno socialista, en su nueva postura belicista, ha decidido participar en el conflicto ante el absoluto mutismo de los “titiriteros” que se han encerrado en sus lujosas guaridas, y ni uno solo ha tenido la dignidad suficiente de expresarse al efecto.
Descrita a grandes rasgos la penosa trayectoria del Sindicato de la Ceja, voy a centrarme ahora en analizar los perfiles personales de sus miembros que, aunque parezca inverosímil, responden a un patrón común y poseen características específicas muy similares.
* En primer lugar, lo que les une a todos ellos es su pasión enfermiza por el dinero. Como todo “nuevo rico” necesitan hacer manifestaciones ostentosas de sus bienes materiales, adquiriendo mansiones de gran lujo, yates deslumbrantes, vehículos de altas prestaciones, etc. Son capaces de renunciar a cualquier ideología o posicionamiento moral con tal de no perder su “status” económico. Podríamos citar las de Antonio Banderas en la Costa del Sol, edificada, en parte, sobre zona marítimo terrestre; la de Ana Belén y Víctor Manuel, por cierto construida también en terrenos no urbanizables pero recalificados irregularmente por el compañero Arturo Bagur, Alcalde de la localidad de Mahón; las de Miguel Bosé, Pedro Almodóvar, Javier Barden, etc.
Para defender e incrementar estos patrimonios personales y como prueba de solidaridad con sus compatriotas más desfavorecidos, suelen fijar su residencia en el extranjero o gestionar sus bienes a través de una SICAV, como el caso de Pedro Almodóvar, que son sociedades de inversión que cotizan a la hacienda pública solamente el 1% de sus plusvalías.
Estos comunistas de nuevo cuño no han tenido jamás una ideología definida sino más bien aquella que podríamos definir como la de “arrimarse al sol que más calienta”. Actualmente parece ser que la referencia a seguir es la de Teodulfo Lagunero, un comunista clásico, compañero de aventuras de Santiago Carrillo que en un momento determinado de su existencia decidió colaborar con los execrables fascistas del régimen anterior y llevó a cabo dos “pelotazos” inmobiliarios, como fueron el de Nueva Sierra de Madrid, en el pantano de Entrepeñas y el de El Encinar del Alberche en el pantano de San Juan, que le proporcionaron cuantiosas ganancias con las que se construyó una mansión de lujo en la Costa del Sol donde actualmente disfruta de las aberraciones del sistema capitalista.
Podrían haber seguido el ejemplo de Marcelino Camacho que defendió sus ideas en un entorno más hostil, como era el régimen anterior, y falleció con su jersey de punto sin lujosas posesiones.
Me gustaría recordar a los “cejiangulados” que el comunismo que, teóricamente predican y en el que se sienten identificados, es una doctrina política que propugna una organización social en la que los bienes son propiedad común.
* La segunda característica de los miembros del sindicato es su incoherencia y desfachatez o por expresarlo en términos populares su “caradura”. Sus comportamientos suelen ir en dirección contraria a sus discursos. Pedir ejemplaridad y coherencia entre las ideas y la realidad o entre la teoría y la práctica es, para ellos, una impertinencia propia de la gente de derechas. Según esto, D. Quijote era de derechas cuando afirmaba: “Dad crédito a los hechos y no a las palabras”.
Dicen defender la enseñanza pública, pero educan a sus hijos en los colegios privados más elitistas y en universidades privadas extranjeras.
Dicen defender los transportes públicos, pero sus desplazamientos los realizan en vehículos de alta gama o en aviones privados. Jamás se ha visto a un miembro del Sindicato viajar en metro o en autobús.
Dicen defender la sanidad pública, pero sus problemas de salud los solucionan en hospitales privados. El caso más reciente lo tenemos con el nacimiento del hijo del “rojo” Javier Bardem que ha tenido lugar en el Hospital Sinaí de Los Ángeles, probablemente uno de los más lujosos y caros de los Estados Unidos. Ha perdido una excelente ocasión de demostrar la honestidad de su pensamiento político habiendo acudido a Cuba para este acontecimiento: ese paraíso de libertades en el que el pueblo disfruta de un régimen político al que no se cansa de alabar en cuanto tiene ocasión pero que se niega a disfrutar.
Dicen que les encanta vivir en los barrios obreros y rodearse de sus gentes, pero en cuanto sus posibilidades económicas se lo permiten se trasladan a vivir a los barrios residenciales en lujosas mansiones. Tomás Gómez, en cuanto fue elegido secretario general de los socialistas madrileños abandonó Parla y se trasladó al barrio de Salamanca “para poder atender mejor sus nuevas obligaciones”. Debe ser muy duro para ellos verse todos los días rodeados de fascistas reaccionarios, pero pienso que lo hacen en aras del sacrificio para tratar de convertirlos a su ideología. Como dice Esperanza Aguirre, critican el modelo urbanístico de la derecha pero la mayoría de ellos viven en municipios gobernados por el partido popular.
* Otra de las “cualidades” de los sindicalistas es su sectarismo. Todo aquello que no sea acorde con su línea de pensamiento es demonizado y tachado de fascista y reaccionario. Acallan y vituperan a todo el que no sigue su línea y planteamientos. Son intolerantes con los pensamientos discrepantes. Dogmatizan sobre cualquier tema y el que osa enfrentarse a ellos es enviado a los infiernos, vejado y calumniado.
Calificativos como: racista, homófobo, retrógrado, reaccionario, intolerante, machista o fascista los tienen permanentemente en la punta de la lengua y los aplican con una facilidad pasmosa para desacreditar al disidente. No están abiertos a la discusión o al debate, más bien sienten una cierta aversión al mismo.
Por si lo desconocen les informaría que el término fascista, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, significa persona intolerante. ¿No serán ellos los verdaderos fascistas?
* Finalmente, los “cejiangulados” pretender convertirse en referencia moral y ética para los ciudadanos con el apoyo cobarde de algunos medios de comunicación.
Ante esta situación me pregunto:
¿Qué lecciones de ética me pueden dar individuos como Guillermo Toledo, Pilar Bardem, el Gran Wyoming, Joaquín Sabina, Moncho Alpuente, etc., que hasta hace poco tiempo venían ensalzando las bondades del consumo de drogas causando un terrible e irreparable daño a la juventud?
¿Qué clases de honestidad y coherencia transmiten personas como José Sacristán, Juan Diego, Juan Echanove, Ana Belén, Pepa Flores, etc., que durante el régimen anterior protagonizaron multitud de películas sin sufrir veto alguno, disfrutaron de las prebendas del momento, e incluso, suplicaban ser invitados a los ágapes oficiales que organizaba el anterior Jefe del Estado?
No recuerdo manifestación alguna de estos artistas defendiendo sus ideas políticas en esa etapa de su vida, ni tampoco que presentaran objeción a representar a personajes muy distantes de su ideario político. Más bien, se comportaban como dóciles corderitos temerosos de perder alguno de los privilegios de los que gozaban.
¿Qué valores morales pueden aportar individuos como Víctor Manuel que en el año 1966 compuso y dedicó una canción a Francisco Franco titulada: “Un Gran Hombre” cuya letra no me resisto a reproducir para dejar constancia escrita de su espectacular giro de identidad política?

Hay un país
que la guerra marcó sin piedad.
Ese país
de cenizas logró resurgir.
Años costó
su tributo a la guerra pagar.
Hoy consiguió
que se admire y respete su paz.
No, no conocí
el azote de aquella invasión.
Vivo feliz
en la tierra que aquél levantó.
Gracias le doy
al gran hombre que supo alejar
esa invasión
que la senda venía a cambiar.
Otros vendrán
que el camino no habrán de labrar.
Él lo labró
a los otros les toca sembrar.
Otros vendrán,
el camino más limpio hallarán.
Deben seguir
por la senda que aquél nos marcó.
No han de ocultar,
hacia el hombre que nos trajo esta paz,
su admiración.
Y por favor pido siga esta paz.

MORALEJA
Considero que a la vista de lo relatado, los ciudadanos debemos plantar cara a estos individuos componentes del “Sindicato de la Ceja” que han dado muestras más que suficientes de su ínfima calidad humana.
Hay que enfrentarse sin complejos, sin temor a sus calificativos, sin miedo a ser denostado por ellos. Han copado todos los lugares de influencia en la sociedad pero, personalmente, pienso que son minoría.
Hay que echar coraje y desenmascararlos porque detrás de sus amenazas no hay más que pura inflación históricamente oportunista.
Nuestra libertad intelectual está en juego, nos jugamos el modelo de sociedad y a su descomposición y destrucción que cada vez apunta más a otro modelo frívolo carente de valores morales.




Madrid, 5 de junio de 2011

domingo, 8 de mayo de 2011

La 2ª Republica (IV parte)

Autor: Geromín
INTRODUCCIÓN
Para completar esta serie de artículos destinados a describir lo acontecido durante la 2ª República, me ha parecido oportuno incluir unas breves semblanzas biográficas de los personajes que, en mi opinión, tuvieron un papel decisivo en el fracaso y hundimiento de este experimento que, en un principio, fue recibido por el pueblo español como una oportunidad para mejorar su situación cultural, social, económica y política, después de una etapa bastante dolorosa para nuestro país como consecuencia de la pérdida de las colonias y de las guerras carlistas.
La 2ª República ha gozado en décadas recientes de una fama inmerecida fomentada por las organizaciones e intelectuales filocomunistas con el fin de desvirtuar la realidad de los hechos que demuestran claramente cómo fue el partido comunista, siguiendo escrupulosamente las órdenes de Stalin, que intentó imponer el modelo soviético en nuestro país al amparo de un teórico sistema democrático de libertades.
Es curioso observar cómo personas que se consideran historiadores se han prestado a este juego para manipular una realidad incontestable culpando exclusivamente a la derecha reaccionaria del fracaso del proyecto republicano.
Creo que a la vista de los sucesos y comportamientos descritos en los artículos anteriores, los únicos culpables reales fueron: por un lado, el partido comunista y las organizaciones sindicales anarquistas y socialistas que desde el primer momento se plantearon un proyecto diferente; y por otro, los máximos responsables de los distintos gobiernos que no supieron estar a la altura de las circunstancias o que, en el fondo, estaban de acuerdo con el rumbo que tomaban los acontecimientos.
Fueron tales las barbaridades que se cometieron en nombre de la República que los países europeos se dieron cuenta inmediatamente de que lo que se estaba jugando en España era muy diferente a lo que se pregonaba desde las instituciones oficiales.
Los intelectuales que habían sido los padres espirituales del nuevo régimen se desengañaron, sintiéndose defraudados por la orientación totalitaria y la barbarie que se iba adueñando de la situación y, en muchos casos, tuvieron que salir de España para salvar sus propias vidas. El pueblo también se sintió engañado al comprobar que no se cumplía nada de lo prometido; más bien al contrario, vieron recortados sus derechos y libertades con las nuevas leyes aprobadas en defensa de la República. Este caldo de cultivo fue el que dio lugar a la sublevación militar y a la posterior derrota republicana.
Los máximos responsables, en mi opinión, de este desastre fueron: Manuel Azaña, Francisco Largo Caballero y Juan Negrín que, desde los cargos que ocuparon, pudieron y debieron haber tomado las medidas necesarias para reconducir el régimen hacia un verdadero sistema de libertades. En sus escritos y memorias han intentado, posteriormente, exculparse de sus responsabilidades en un ejercicio desmesurado de hipocresía, en especial Manuel Azaña.
Lejos de mi ánimo está escribir una biografía de estos personajes pues ya existen muchas y, además, no me considero dispuesto a ello. Solamente intentaré resumir, lo más brevemente posible, la personalidad de cada uno de ellos y sus actuaciones más nefastas para la República.
El rasgo común que les identifica es su forma sectaria de gobernar, adueñándose de la República como un patrimonio personal, despreciando al adversario político y vulnerando la legislación vigente cuando ésta no era acorde con sus planteamientos.
Por el contrario, si tuviese que definir a cada uno de ellos, diría que Azaña es el gobernante inoperante, cargado de cinismo; Largo Caballero es el revolucionario coherente, preso de su honestidad y Negrín sería el corrupto impenitente, autor de la gran estafa.

MANUEL AZAÑA DÍAZ

Escribir sobre este personaje resulta harto difícil dada su complejidad. Es una persona que ha desatado los odios y las adhesiones más viscerales convirtiéndose en la figura más polémica de este periodo histórico.
Para definir y explicar su comportamiento humano y político sólo caben dos posibilidades. La primera es que se trataba de un individuo que sufría un trastorno bipolar, motivado por una infancia, adolescencia y juventud bastante desgraciada como luego veremos. Esta enfermedad mental se caracteriza por un estado de ánimo en el que se alternan periodos de depresión con otros de manías y, en general, las personas afectadas suelen ser narcisistas y autodestructivas. La segunda, es que era uno de los mayores hipócritas y cínicos de la historia. Sus actos no se correspondían en ningún momento con sus discursos o escritos que, muy astutamente, elaboraba de forma casi simultánea.
Personalmente, me inclino por la segunda hipótesis sin descartar en absoluto la primera, ya que una vez sucedidos los acontecimientos era consciente del daño provocado y bien en sus diarios, o bien a través de alguna obra literaria intentaba eludir su responsabilidad.
No voy a entrar a juzgar su faceta como escritor pues se escapa a la finalidad de este artículo.
Nacido en Alcalá de Henares en el seno de una familia acomodada se quedó huérfano de padre y madre siendo niño, quedando al cuidado de su abuela. Estudió en el Colegio de los Agustinos en San Lorenzo de El Escorial. Se doctoró en Derecho y amplió estudios en Francia. Ante la situación económica de la familia se presentó a las oposiciones del Ministerio de Justicia llegando a ser Jefe del Registro de Últimas Voluntades.
A partir de este momento comienza su etapa pública convirtiéndose en Secretario del Ateneo de Madrid llegando a ser, posteriormente, Presidente del mismo. Se presentó a las elecciones en los años 1918 y 1923 no obteniendo escaño parlamentario.
En el año 1929, casi con 50 años de edad, se casó, en la iglesia de Los Jerónimos, con Dolores Rivas, de 24 años, hermana de su íntimo y único amigo Cipriano. No tuvo hijos.
En el año 1932, ingresó en la logia masónica de la calle del Príncipe en busca de poder ya que, según él mismo relata, despreciaba la parafernalia de sus reuniones y actos.
Fue Ministro de la Guerra en el 1er gobierno de la República en el año 1931 y posteriormente, ese mismo año, Jefe del Gobierno hasta 1934 en que la coalición de gobierno perdió las elecciones. En el año 1936 y después del triunfo del Frente Popular pasó a ser Presidente de la República hasta marzo de 1939 en que renunció al cargo.
Falleció en Montauban (Francia) en el año 1940, en circunstancias bastante atípicas pues solicitó la presencia del obispo Theas para confesar y comulgar, lo que hizo besando el crucifijo y diciendo repetidamente:”Jesús, piedad, misericordia”.
En el aspecto personal hay que decir que su juventud fue bastante atormentada por el complejo que le causaba su aspecto físico. Era gordo, pálido, con verrugas y su vista era deficiente lo que le obligaba a llevar gafas. Estas circunstancias le impedían mantener relaciones normales con las mujeres. Ello unido a la amistad enfermiza que sentía por Cipriano Rivas y a sus gustos extravagantes, motivaron que se le tachara de homosexual. Cuando en el año 1940 Cipriano fue apresado por las tropas francesas y entregado a las autoridades españolas para ser juzgado, se llevó un gran disgusto del que no se sobrepuso y sufrió un derrame cerebral que fue el preludio de su muerte.
Azaña era un soberbio insoportable que despreciaba al resto de los intelectuales, en especial a Ortega. Sufría frecuentes crisis personales y padecía una cobardía patológica que se vería a lo largo de su trayectoria como gobernante.
Sus grandes dotes como orador le permitían encubrir estas deficiencias.
Madariaga lo definió como: “Intelectual fracasado que vierte su odio sobre la sociedad que no le ha comprendido. Tiene una sensibilidad enfermiza con una faceta femenina en su carácter”.
Unamuno dijo de él: “Cuidado con Azaña que es un escritor sin lectores capaz de hacer una revolución para tenerlos”.
Considero que ambos intelectuales conocían muy bien al personaje.
Como he mencionado anteriormente, su labor de gobierno se caracterizó por el sectarismo, el anticlericalismo y la frivolidad con que afrontaba los acontecimientos.
Nada más tomar posesión como Ministro de la Guerra, en mayo de 1931, se inició la quema de conventos en Madrid que posteriormente se extendió a Valencia y Andalucía. La reacción de Azaña ante este brote de violencia injustificada fue pronunciar una de sus frases grandilocuentes: “Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano”. Este tipo de comportamiento fue el que marcó su trayectoria como gobernante, y abrió los ojos a los anarquistas y comunistas sobre la impunidad y libertad que iban a tener en sus actuaciones desestabilizadoras.
Cuando en octubre de 1931 se aprueban los artículos de la Constitución sobre la libertad religiosa, se despacha con otra frase feliz: “España ha dejado de ser católica”, y anota en su diario personal que es un asunto de poca importancia.
Con el fin de controlar a sus adversarios políticos presentó al Parlamento la Ley de Defensa de la República que le permitía censurar y cerrar las publicaciones que no fueran de su agrado, lo que le posibilitó todavía más aplicar sectariamente la ley.
Inició una reforma del Ejército con agresividad y desprecio hacia los militares, cerrando además la Academia General Militar de Zaragoza.
Al producirse el levantamiento anarquista de Casas Viejas, en enero de 1933, ordenó al capitán que mandaba las tropas: “Nada de prisioneros ni heridos, tiros a la barriga”.
Utilizó fondos públicos para ayudar a los grupos revolucionarios de Portugal tal y como pudo demostrarse en la Comisión del Parlamento, pero no se tomaron medidas contra él.
Cuando en el año 1933 el gobierno perdió las elecciones, propuso al Presidente Alcalá Zamora llevar a cabo un pronunciamiento civil para anular los resultados y nombrar nuevo gobierno, según consta en las Memorias de D. Niceto.
En el año 1934, bajo el gobierno de Alejandro Lerroux llevó a cabo todo tipo de maquinaciones contra el gobierno. En primer lugar, con el partido socialista, y así figura en las actas de su ejecutiva, para realizar un pronunciamiento que sería seguido de una huelga general. Este partido estaba inmerso en la preparación de la sublevación de Asturias y no tuvo en cuenta la propuesta. Seguidamente, y durante su estancia en Barcelona, apoyando la declaración de independencia de Cataluña que llevó a cabo Luís Companys que debería ser el núcleo de la nueva república. Ante el fracaso de este intento, rápidamente escribió “Mi rebelión en Barcelona” en la que se exculpaba de cualquier participación en esa maniobra. Para su desgracia el comandante republicano Jesús Pérez Salas, escribió “España en guerra”, donde aporta todo tipo de información sobre la participación de Azaña en el pronunciamiento. Finalmente, urdió la trama del estraperlo para hundir a Alejandro Lerroux lo que consiguió y provocó la convocatoria de elecciones generales para el año 1936.
Como fácilmente puede deducirse de lo expuesto, en esta primera etapa se dedicó a atacar a la iglesia católica, al ejército y a sus adversarios políticos, permitiendo todo tipo de desmanes y tropelías a las patrullas de milicianos y despreocupándose de los problemas reales de los ciudadanos. Eso sí acompañado de grandes frases con las que intentaba dar otra imagen, como las siguientes:
“No hay Estado digno de este nombre, sin sus bases fundacionales, cuales son: el orden, la competencia y la responsabilidad”.
“Todos los españoles tenemos el mismo destino, cualesquiera que sean su religión, credo político o trabajo”.
Buen ejercicio de hipocresía en una persona que nunca hacía lo que decía. Podría haber leído a D. Quijote cuando afirmaba: “Dad crédito a los hechos y no a las palabras”.
Tras los resultados de las elecciones de febrero de 1936, Azaña volvió al gobierno y lo primero que hizo fue maquinar la destitución de Alcalá Zamora y conseguir que le nombraran Presidente de la República, lo que sucedió el 10 de mayo de 1936. Su toma de posesión fue una exhibición de lujo comparable con las de la corona británica. Se habilitó el Palacio Real como residencia permanente; el Palacio de Riofrío para los fines de semana y Villa Piquío en Santander para los veraneos. Tristemente para él no pudo disfrutar de estas mansiones.
Los hechos que sucedieron durante el periodo de tiempo en que fue Presidente de la República han quedado relatados en el artículo anterior. Como ya quedó expuesto, la evolución de los acontecimientos militares provocó que el gobierno se trasladase a Valencia. Azaña, no obstante, haciendo gala de su cobardía enfermiza se fue a Barcelona y a los pocos días al Monasterio de Montserrat, donde permaneció hasta fin de año en que por fin se trasladó a Valencia. Durante estos dos meses parece ser que tuvo una de sus crisis depresivas. Hasta su exilio a Francia deambuló por distintas localidades. Visto el desarrollo de la guerra y la previsible derrota del bando republicano, comenzó una nueva etapa en la que buscó desesperadamente la ayuda extranjera para terminar con la guerra, sobre todo de Francia e Inglaterra, pero no tuvo éxito dado el descrédito que había acumulado el régimen republicano. Destituyó a Largo Caballero y nombró a Juan Negrín como jefe de gobierno en la confianza de éste que podría alcanzar algún pacto con los sublevados, sin darse cuenta de que Negrín era el hombre de Stalin para dirigir su proyecto. Entre abril y mayo de 1937 escribió su obra más famosa titulada: “La velada de Benicarló” en la que, una vez más, hizo un nuevo ejercicio de hipocresía al manifestar su amor a la libertad y a España. Relató con detalle los crímenes de las milicias del Frente Popular, la confusión y el caos que reinaba en la zona republicana y el incalificable comportamiento de Companys. Intentó buscar culpables de la situación entre sus distintos colaboradores, pero en ningún momento se paró a pensar que él era la máxima autoridad de la República y que, cuando tenía que haber puesto orden en su zona, se dedicó a mirar para otro lado, a hundir a sus adversarios políticos y a disfrutar de las barbaridades y atropellos que se cometían en nombre de la República.
Durante el año 1938 siguió en esta nueva línea pacifista bajo el lema de “Paz, piedad y perdón”, alegando el peligro que corría España si no se detenía la guerra.
Entretanto había entregado un millón de francos franceses a su cuñado Cipriano Rivas para que le preparase el exilio en Francia.
En febrero de 1939 pasó a Francia y a pesar de las presiones se negó a volver a su “querida” España bajo el pretexto de que había que conservar las instituciones que el pueblo había elegido para, en su día, retornar a un régimen de libertades.
El 27 de febrero de 1939 remitió una carta a Diego Martínez Barrio, Presidente de las Cortes en la que dimitía de su cargo ante la esterilidad de sus esfuerzos para obtener un acuerdo de paz y la carencia de órganos de consejo y de acción, indispensables para la función presidencial. Una vez más, salía a relucir el cinismo de D. Manuel que a lo largo de su trayectoria política jamás había contado con nadie, considerándose como Luís XIV que decía: “El Estado soy yo”.
El resto del año 1939 se dedicó a sus aficiones literarias escribiendo novelas y ensayos en los que volvía a criticar acerbamente lo sucedido en la zona republicana, olvidándose en todo momento que él había sido el máximo responsable.
Las discrepancias con Negrin habían sido permanentes, dados los diferentes planteamientos de ambos en relación con el final de la guerra y el apoyo de las potencias extranjeras. Su preocupación postrera por la situación de los refugiados choca abiertamente con su actuación como responsable político en la que despreció a las masas, y así lo expresó públicamente y lo dejó plasmado en sus escritos. Sirva como ejemplo la frase que figura en su diario: “Vivo solo para mí. Amo mucho las cosas y cas¡ nada a los prójimos”.
El final de su existencia fue bastante triste como ya se ha expuesto anteriormente y su delicado estado de salud le impidió viajar a México donde le habían ofrecido asilo político como al resto de políticos republicanos.
En el expediente que se le abrió en España de depuración de responsabilidades políticas fue calificado de: enemigo del ejército, de la religión y de la patria, pervertido sexual, masón y marxista. No andaba muy descaminado el juez instructor.

FRANCISCO LARGO CABALLERO

Este personaje es la antítesis del anterior en lo que se refiere a la claridad y honestidad de su posicionamiento. Desde el primer momento de su andadura política mantuvo y defendió una postura revolucionaria, y así lo expresó en sus apariciones públicas. En ningún instante engañó a nadie, ni cambió el rumbo de su trayectoria, más bien al contrario se fue afianzando en sus planteamientos y radicalizando su mensaje. Siempre se definió como totalitario y consideraba que la democracia era un medio para conseguir sus fines. Esta forma clara y decidida de defender sus ideas, no sometiéndose a imposiciones externas, le costó la salida del gobierno y el abandono de sus compañeros al final de su existencia.
Aunque políticamente me encuentro muy distanciado de Largo Caballero, creo que debería ser un ejemplo de honestidad para toda la clase política tan habituada a otros comportamientos más obscenos.
Nacido en Madrid, en el seno de una familia humilde, le tocó trabajar desde muy joven, por lo que puede ser considerado como un autodidacta. Con veinte años se afilió a la UGT y posteriormente al PSOE, siendo uno de los colaboradores más directos de Pablo Iglesias. Participó en todos los movimientos revolucionarios de la época y por ello fue encarcelado en varias ocasiones. En 1918 fue elegido secretario general de la UGT. En la dictadura de Primo de Rivera fue nombrado Consejero de Estado colaborando con el régimen. Formó parte del 1er gobierno de la República, como Ministro de Trabajo. Elegido presidente del PSOE se enfrentó en numerosas ocasiones al sector moderado del partido en el que se encontraban Besteiro y Prieto como figuras destacadas. Esta postura radical y revolucionaria le valió el apelativo de “Lenin español”.
La pérdida de las elecciones del año 1933 le hizo pasar a la oposición donde radicalizó más su postura política alejándose, definitivamente, de las posiciones dialogantes o posibilistas.
En febrero de 1934 se puso al frente del Comité Nacional Revolucionario, constituido para atentar contra la legalidad republicana. Sus actuaciones culminaron con la Revolución de Asturias de octubre de 1934 que había preparado y dirigido. Al fracasar esta sublevación fue encarcelado, juzgado y condenado a 30 años de prisión pero como sucede con todos los políticos, salió pronto en libertad.
En septiembre de 1936 fue encargado de formar gobierno reservándose la cartera de la Guerra. Permaneció en este puesto hasta marzo de 1937 en que fue cesado por Azaña al no obedecer las órdenes de Stalin para ilegalizar el POUM. Ello supuso el declive de su carrera política.
En octubre de 1937 fue expulsado de la UGT acusado de no abonar las cuotas. Apartado de la política abandonó España a principios de 1939 instalándose en Francia donde fue capturado por los alemanes que le internaron en un campo de concentración en el que permaneció hasta 1945.
Abandonado por sus compañeros y sin dinero no pudo trasladarse a México, falleciendo en un hospital de París el 23 de marzo de 1946, víctima de un coma diabético después de haberle sido amputada una pierna. Estaba solo y con las alforjas vacías a diferencia de otros “camaradas”.
Madariaga dijo de él: “Te humillaron no los burgueses, sino los socialistas amigos de los comunistas y de Moscú a quien no quisiste obedecer”.
Para que quede clara su ideología sin tener que recurrir a la interpretación de historiadores voy a transcribir literalmente algunas de sus manifestaciones públicas que creo hablan por sí solas de su posicionamiento.
“Si los socialistas somos derrotados en las urnas iremos a la violencia, pues antes que el fascismo preferimos la anarquía y el caos”. (Murcia 1932).
“Quiero decirles a las derechas que si triunfan tendremos que ir a la guerra civil declarada”. (Alicante 1936).
“La democracia es incompatible con el socialismo. La transformación de un país no puede hacerse echando papeletas en las urnas”. (Madrid 1936).
“Sépanlo bien nuestros amigos y enemigos. La clase trabajadora no renuncia de ninguna manera a la conquista del poder de la manera que pueda”. (Congreso de los Diputados).
“Hay que apoderarse del poder político, pero la revolución se hace violentamente: luchando y no con discursos”. (Congreso de los Diputados).
“Vamos a la revolución social, mucho dudo que se pueda conseguir el triunfo dentro de la legalidad y en tal caso, camaradas, habrá que obtenerlo por la violencia”. (Congreso de los Diputados).
“El partido socialista no es un partido reformista. Cuando ha habido necesidad de romper con la legalidad, se rompe sin ningún reparo ni escrúpulo”. (Congreso de los Diputados).
Considero que estos ejemplos son más que suficientes para conocer su pensamiento.
Durante su permanencia como jefe de gobierno desde septiembre de 1936 a marzo de 1937 fue el responsable directo o indirecto de unos hechos muy graves que ensombrecen su trayectoria personal.
La primera medida que se adoptó nada más llegar al gobierno fue la aprobación de un decreto que permitía, en caso de emergencia, el traslado de las reservas de oro del Banco de España. Parece ser que la ejecución inmediata de esta disposición por parte de Juan Negrín se hizo con nocturnidad y alevosía sin su conocimiento, y así lo ha dejado escrito en sus Recuerdos. Personalmente, me inclino por su versión, teniendo en cuenta su sinceridad y el trato que, posteriormente, recibió de la Unión Soviética.
Otro de los puntos negros de su gestión fue la creación de las checas a imagen y semejanza de las existentes en la Unión Soviética. En este caso fue el responsable máximo de los crímenes que tuvieron lugar en estos siniestros lugares. Sólo en Madrid, en el periodo septiembre-diciembre fueron asesinadas más de 12.000 personas.
Hay tres casos emblemáticos que definen cómo se actuaba y se hacía desaparecer a los enemigos políticos de Largo Caballero.
Ángel Aldecoa era un magistrado que había juzgado un asunto relacionado con Largo Caballero. Como la sentencia no le había gustado al dictador acabó fusilado.
Marcelino Valentín Gamazo, Fiscal General de la República, había acusado a Largo Caballero de ser el responsable de la Revolución de Asturias y por tanto había pedido para él 30 años de prisión. Fue apresado con sus tres hijos y todos aparecieron muertos en Tévar (Cuenca).
Gumersindo de la Gándara, Capitán de la Guardia de Asalto, había mandado la tropa en los sucesos de Casas Viejas. Declaró en el juicio que había recibido la orden de Azaña de disparar a la barriga. Igualmente fue fusilado a pesar de su lealtad a la República.
En marzo de 1937, Stalin cursó la orden de aniquilar todas las organizaciones troskistas que existían en Europa, entre las que se encontraba el POUM. Largo Caballero se opuso a la ilegalización de este partido lo que le costó la jefatura del gobierno, siendo destituido por Azaña que nombró a Juan Negrín que siguió, al pie de la letra, las instrucciones soviéticas.
A partir de este momento se inició el declive político de Largo Caballero que no volvió a ejercer puestos de responsabilidad.
Como en el caso de Azaña considero que su actuación política, en general, fue muy perjudicial para el régimen republicano, aunque en su favor haya que decir que intentó profesionalizar el ejército, rodeándose de generales expertos, y defendió la independencia de España.

JUAN NEGRÍN LÓPEZ

Este individuo podría calificarse como el gran estafador y el mayor corrupto de la etapa que estamos describiendo, y así lo definió Francisco Olaya Morales en su libro “La Gran Estafa”. Robó al Estado, robó al pueblo, mató al Estado, mató al pueblo que servía a ese Estado. Mientras miles de millones de pesetas robados yacían en bancos suizos o americanos, como luego veremos, cientos de miles de españoles casi morían de hambre en los campos de concentración franceses. Vivió como un rajá a costa del erario público, no rindió cuentas a nadie del dinero de todos los españoles.
Debido a su servilismo a Stalin durante su etapa de gobierno, ha gozado de una buena imagen, defendida por historiadores filocomunistas que para mí, y por lo que se relata a continuación, es insostenible, pero al Sr. Rodríguez Zapatero debe parecerle la referencia a seguir y le ha rehabilitado como socialista.
Nacido en 1892 en Las Palmas de Gran Canaria, en el seno de una familia católica acomodada. Estudió medicina en Alemania especializándose en Fisiología, adquiriendo cierta notoriedad. Se casó con María Mijailova perteneciente a una rica familia rusa. Tuvo tres hijos y se unió sentimentalmente con Feliciana López, asistente suya. Ya en Madrid, fue discípulo de Ramón y Cajal y maestro de Severo Ochoa y Grande Covián, entre otros. Obtuvo la catedra de Fisiología de la Universidad Central de Madrid.
Después de una brillante trayectoria científica, en 1929 se afilia al PSOE y entra de lleno en la política. Obtiene acta de diputado y comienza una andadura que culmina en el año 1937 cuando es nombrado Presidente del Gobierno, cargo que mantiene hasta el año 1945 en el que es invitado a dimitir. Al año siguiente es expulsado del PSOE por sus propios compañeros. Después de un deambular por México y Londres se traslada a vivir a París, donde fallece el año 1956.
Para definir su personalidad y dando por hecho que era una persona inteligente como lo demostró en la primera etapa de su vida, podemos decir que era bulímico, pues su obsesión por comer le hacía tomar aspirinas en abundancia para devolver y seguir comiendo. También eran sonadas sus frecuentes escapadas a París acompañado de señoritas con cargo a los fondos públicos, según ha relatado Largo Caballero en sus Recuerdos porque le tenía que cubrir estas ausencias.
Sus compañeros se han expresado de la forma siguiente:
Diego Abad de Santillán (anarquista) afirmó:
“Si el gobierno Negrín hubiese tenido que responder de su gestión política, económica y financiera, habría tenido que terminar ante un pelotón de fusilamiento”.
Luís Arasquistain (socialista) dijo:
“Es el hombre de gobierno más funesto e irresponsable que España ha tenido desde hace siglos”
Largo Caballero (socialista) manifestó:
“¿Qué va a hacer España con hombres como Negrín, sin escrúpulos, sin conciencia, guiados por el rencor, el odio, el espíritu de venganza, osado y sin ética?”
Jiménez de Asua (socialista) expuso:
“Cuando los refugiados sufren más de lo que sufrieron en España; cuando perecen de hambre y frío; cuando no tienen posibilidades de mantener a los suyos, el Sr. Negrín rodeado de un séquito de 40 personas emprende un viaje a México en el yate de lujo Normandie, en clase de lujo, con los fondos públicos que fueron robados a esos desgraciados que defendieron al Gobierno con el sacrificio de sus vidas”.
Manuel Azaña (republicano) dijo:
“No ha servido Ud. para ganar la guerra ni para perderla. En cuanto a su humanidad la pongo en duda”.
Su verdadera acción política comienza en el mes de septiembre de 1936 en el que es nombrado Ministro de Hacienda en el gobierno de Largo Caballero. Nada más llegar al cargo prepara la entrega de las reservas de oro del Banco de España a Stalin. Operación que lleva a cabo de forma totalmente ilegal, pues el Banco de España no era banco público y no se podía disponer de sus reservas. Lo hizo amparado en un decreto que le autorizaba a trasladar estas reservas si las condiciones bélicas lo aconsejaban, que no era el caso.
En marzo de 1937 y ante las presiones de Stalin, Azaña cesa a Largo Caballero como Presidente de Gobierno y nombra a Negrín que sí acepta acatar las órdenes del dictador.
La llegada de Negrín a la jefatura del Gobierno rodeado de incondicionales y nulidades políticas supone el principio de una época de poder personal a las órdenes de Stalin. Anuló todos los órganos constitucionales, degradó la vida pública y envileció las relaciones políticas. Acaparó el comercio exterior e interior a través de la sociedad Campsa-Gentibus que había creado para su beneficio personal.
Permitió que agentes soviéticos secuestrasen, torturasen y asesinasen a Andrés Nin, máximo dirigente del POUM, que era lo exigido por Stalin. Para mayor escarnio, divulgó y defendió ante los medios de comunicación que habían sido los agentes de la Gestapo los que habían llevado a cabo este crimen. Igualmente intentó que el resto de los líderes del POUM fuesen juzgados y condenados.
La firma del Pacto de Munich entre las potencias europeas, en el año 1938, supone que España deja de ser objetivo prioritario para la Unión Soviética que está más interesada en llegar a un acuerdo con Alemania, por lo que Negrín se ve abandonado a su suerte. Las derrotas militares se suceden una tras otra y comienza una desbandada republicana así como el intento de llegar a un acuerdo con los sublevados que evidentemente no aceptan.
A partir de ese momento y a pesar de que incita al pueblo a continuar la guerra, Negrín se dedica a preparar su exilio dorado. Abre cuentas bancarias en el extranjero con fondos del Estado a nombre de sus amigos. Sirvan como ejemplo las siguientes, en pesetas del año 1939:
Francisco Méndez Aspe……………………… 480 millones
Julio López Masegosa………………………….193 “
Juan Negrín (hijo)……………………………….370 “
Juan Simeón Vidarte…………………………..100 “
Rafael Méndez Aspe..………………………….398 “
Igualmente mandó cargar todas las joyas y bienes de valor, incautados en los registros y saqueos de los domicilios particulares, edificios públicos e instituciones católicas, valorados en más de 300 millones de dólares, en el yate Vita para su traslado a México. Cuando el buque llegó a Veracruz fue apresado por el ejército y confiscadas sus mercancías debido a una gestión de Indalecio Prieto ante el gobierno mexicano. Negrín se justificó alegando que era para la ayuda a los refugiados españoles. Después de un largo proceso jurídico, el dinero se fue diluyendo y sirvió para financiar los gastos de los políticos exilados y de sus fantasmagóricas instituciones pero nunca llegó al pueblo necesitado.
Sirva como resumen de esta situación la Declaración del Consejo de Defensa Nacional cuando decidió tomar el poder en marzo de 1939. Creo que habla por sí sola de la realidad:
«Trabajadores españoles! ¡Pueblo antifascista! Ha llegado el momento en que es necesario proclamar a los cuatro vientos la verdad escueta de la situación en que nos encontramos. Como revolucionarios, como proletarios, como españoles y como antifascistas no podemos continuar por más tiempo aceptando pasivamente la improvisación, la carencia de orientaciones, la falta de organización y la absurda inactividad de que da muestras el Gobierno del doctor Negrín. Han pasado muchas semanas desde que se liquidó, con una deserción general, la guerra de Cataluña. Todas las promesas que se hicieron al pueblo en los más solemnes momentos fueron olvidadas; todos los deberes, desconocidos; todos los compromisos, deliberadamente pisoteados. En tanto que el pueblo en armas sacrificaba en el área sangrienta de las batallas unos cuantos millares de sus mejores hijos, los hombres que se habían constituido en cabezas visibles de la resistencia abandonaron sus puestos. No puede tolerarse que en tanto se exige al pueblo una resistencia organizada, se hagan los preparativos de una cómoda y lucrativa fuga. No puede permitirse que, en tanto que el pueblo lucha, combate y muere, unos cuantos privilegiados preparen su vida en el extranjero. El Gobierno de Negrín carece de toda base legal en la cual apoyar su mandato.»

Creo que esta breve semblanza de estos tres nefastos personajes para la 2ª Republica puede facilitar al lector un mejor conocimiento de una realidad que muchos historiadores han intentado ocultar o manipular, pues no consideran procedente reconocer que el régimen fracasó por el comportamiento irresponsable y sectario de sus máximos dirigentes.

Madrid, 10 de mayo de 2011

sábado, 16 de abril de 2011

La 2ª República Española (3ª Parte)

Autor: Geromín
INTRODUCCIÓN
Dentro del planteamiento general que expuse en el primer artículo de esta serie, el tercer periodo de la existencia de la 2ª República comprende desde julio de 1936 hasta abril de 1939 que es el tiempo en el que tiene lugar la guerra civil. Se trata de uno de los episodios más interesantes y controvertidos de la historia universal contemporánea que ha dado lugar a una inmensa bibliografía.
Personalmente estoy convencido de que por tratarse de una guerra tan cercana, polémica y politizada, cada lector tendrá formadas sus propias ideas e interpretaciones al respecto, pero también creo que, en la mayoría de los casos, están deformadas por la propaganda que machaconamente ha intentado camuflar una dura y triste realidad, presentándola a los ciudadanos como una lucha heroica del pueblo frente al fascismo. A lo largo de este artículo se podrá comprobar, sin duda alguna, que la evolución de los acontecimientos no fue tan simple ya que estuvieron en juego otros intereses ajenos al pueblo e incluso a España.
A fin de ser lo más objetivo posible, aunque ello no sea tarea fácil, al relatar los acontecimientos me basaré en hechos contrastados y en las propias declaraciones o escritos de los protagonistas que en muchos casos hablan por sí solos.
No me voy a detener en los sucesos bélicos de la contienda que desviarían la finalidad de estas líneas y darían lugar a un extenso tratado. Solamente me centraré en las actuaciones políticas del gobierno de la República y en aclarar algunos hechos puntuales a la vista de la información de que se dispone en la actualidad.

LEVANTAMIENTO MILITAR

Como ya indiqué en el artículo anterior, el Gobierno conocía la existencia de contactos entre militares para poner fin al descontrol generalizado que vivía el país con la llegada al poder del Frente Popular. Su impresión era que se trataba de movimientos sin importancia que llegado el caso controlarían sin apenas dificultad, como había sucedido en el año 1932 con el intento del general Sanjurjo.
El asesinato de José Calvo Sotelo, alentado por miembros del propio Gobierno y del que se jactó públicamente Ángel Galarza, futuro Ministro de Gobernación, fue el detonante para que se incorporasen al movimiento militar algunos generales que hasta ese momento habían permanecido indecisos, como fue el caso del propio Franco.
Cuando en la tarde del 17 de julio se produce el levantamiento del ejército de África, seguido por el general Mola en la zona norte de España, el gobierno no le concede mucha importancia y no inicia actuaciones rápidas y eficaces para su control. Al día siguiente, y ante las presiones de los sindicatos y de los partidos políticos para que se entreguen armas al pueblo, Casares Quiroga se ve obligado a dimitir y Azaña encarga a Diego Martínez Barrio la formación de un nuevo gobierno que será el más corto de la historia pues apenas duró unas horas. Seguidamente, es José Giral el encargado de formar un gobierno que pudiese controlar una situación que se les iba de las manos por momentos. El propio Giral contribuyó al caos entregando armas a las milicias populares y sindicales.
El alzamiento militar, como tal golpe, fracasó pues no logró imponerse en toda España. Un golpe militar para que triunfe ha de ser de efecto inmediato, como sucedió posteriormente en Grecia o en Chile. En este caso, el gobierno de la República se quedó con el control de las zonas industriales; de las grandes ciudades, excepto Sevilla; de las minas y, fundamentalmente, las reservas del oro del Banco de España. Igualmente, gran parte del Ejército, la práctica totalidad de la Escuadra y de la Aviación permanecieron fieles a la República, con lo que “a priori” podía vaticinarse un triunfo rápido de las fuerzas republicanas.
Pero inmediatamente, el gobierno empezó su andadura errática. Una de las primeras medidas que, incomprensiblemente, había adoptado fue la liberación de los presos comunes que rápidamente se apuntaron a las milicias ciudadanas para dar rienda suelta a sus instintos criminales. En estas milicias hubo personajes siniestros como Agapito García Atadell que se designó Jefe de la Brigada de la Policía, y después de múltiples saqueos y asesinatos intentó fugarse a América con el botín de sus robos, pero fue denunciado por sus propios compañeros y apresado por las fuerzas de Franco en Las Palmas. Posteriormente fue juzgado y dada la brutalidad de sus asesinatos muerto a garrote vil en Sevilla donde, por cierto, murió confesado, comulgado y gritando “Viva Cristo Rey”. Otro individuo indeseable fue Felipe Emilio Sandoval, “Doctor Muñiz”, perteneciente a la brigada socialista “La Motorizada”, una de las más temidas por su ferocidad y responsable de la checa de Fomento. También participó activamente en las atrocidades antes mencionadas.
En Madrid se instaló el marxismo revolucionario y las milicias de los sindicatos, de los anarquistas, de los comunistas y de los socialistas radicales empezaron con los registros, detenciones, saqueos, asesinatos, etc.; es decir, una orgía indiscriminada de odio y sangre.
Ello dio lugar a un éxodo masivo de funcionarios, profesionales liberales, diplomáticos e intelectuales de izquierdas que abandonaron España por temor a ser víctimas de sus propios correligionarios.
Para definir crudamente esta situación voy a basarme en las manifestaciones de personajes nada sospechosos de defender las ideas fascistas.
El historiador comunista Tuñón de Lara escribe:
“En Madrid la represión popular fue degenerando. Surgieron las patrullas de control que se tomaban la justicia real por sus manos, asaltando casas, quemando, asesinando, desvalijando, etc. Se cometieron crímenes, se mató sin juicio, en descampados, en las cunetas de las carreteras… Era la explosión de una guerra de clases que impulsó a matar a muchos solamente por la posición social que tenían”.
El comandante Tagüeña, también comunista dice:
“La situación real que podía observarse el que mirase a la calle es que había terminado la 2ª República. Cada grupo tenía sus objetivos, sus programas, sus fines diferentes, sus unidades de milicias, sus policías y hasta sus finanzas. En cuanto a los republicanos habían sido barridos por los acontecimientos y muy poco iban a significar en el transcurso de la guerra”.
Ortega y Gasset denunció:
“En Madrid, los comunistas y sus afines obligaban, bajo las más graves amenazas, a escritores e intelectuales a firmar manifiestos y hablar por la radio en favor de la República”.
Todo ello ante la pasividad de un gobierno que no quería o no sabía tomar medidas para poner remedio a este caos, o en otros casos, como el de la Cárcel Modelo de Madrid, siendo cómplice de los 60 asesinatos que allí se cometieron. Entre las víctimas figuran personajes como: Melquíades Álvarez, Rico Avelló, Martínez de Velasco o Salazar Alonso que habían sido Ministros de la República.
Fue tal la magnitud del escándalo y las protestas diplomáticas que Manuel Azaña se vio obligado a cesar a José Giral y nombrar jefe del gobierno, en el mes de septiembre, a Francisco Largo Caballero que ya había puesto de manifiesto su “talante democrático”, dirigiendo la Revolución de Asturias contra la República. En mi opinión, este nombramiento no solucionó los problemas sino que los empeoró, pues, aparte de su conocida aversión al ejército regular lo que provocó más desunión y desmoralización en sus filas, fomentó la revolución marxista e incorporó a su gobierno, como Ministro de Hacienda, a Juan Negrín, otro personaje tenebroso y responsable del hundimiento de la República. La primera medida que tomó Negrín fue presentar un decreto para que le autorizaran a trasladar las reservas del Banco de España a lugar seguro si las circunstancias lo exigían. Este decreto fue aprobado por el gobierno y, con desconocimiento de sus miembros según ellos mismos han declarado posteriormente, fue puesto en marcha al día siguiente en que comenzó el embalaje en cajas de madera de todo el oro del Banco de España que salió hacia Cartagena y a continuación para Odesa en la Unión Soviética, según describo con más detalle en otro artículo titulado: “El Saqueo del Banco de España”. Ese hecho empobreció a la Republica, pues la peseta perdió su valor y no era aceptada en la compra de material bélico.
A partir de este gobierno, cada cargo importante del mismo, sobre todo en el área militar, tenía un “asesor” soviético que era el que realmente daba las órdenes. Así, Largo Caballero y los generales Miaja y Pozas gozaban de esta compañía. Lo mismo sucedía en todas las ramas del ejército. Esta circunstancia confirma el control que la Unión Soviética ejercía sobre el gobierno republicano para continuar con su proceso revolucionario.
Dentro de esa línea de ataque al ejército profesional merece ser destacada la actuación de Eleuterio Díaz Tendero, socialista y cofundador de la UMRA que clasificó a los militares republicanos en tres categorías: leales, indiferentes y fascistas. Los últimos acabaron en la cuneta o en la cárcel y los segundos apartados de los puestos de mando. Con esta purga indiscriminada se calcula que más de 2.000 oficiales sufrieron la represión, lo que al final repercutió en el desarrollo de la guerra al privar al Ejército de mandos profesionales y sustituirlos por aficionados incondicionales a los partidos políticos, sobre todo el comunista.
Las imágenes de lo que estaba sucediendo en Madrid circularon por Europa e hicieron ver a los países europeos una realidad diferente de lo que les estaban contando. Ante ello decidieron constituir el denominado “Comité de No Intervención” que no fue respetado por algunas naciones pero que posibilitó a otras no tener que manifestarse a favor de la República de la que ya dudaban. La Unión Soviética y en menor medida Francia y México ayudaron al gobierno con armamento y el reclutamiento en las oficinas del partido comunista de distintas ciudades europeas de las llamadas “Brigadas Internacionales” que fueron recibidas con gran alborozo pero que no aportaron nada positivo en el desarrollo de los acontecimientos militares.
Mientras el principal problema del gobierno seguía siendo el mantenimiento del orden en su zona ante la creciente aparición de milicias ciudadanas que no obedecían a nadie. El testimonio del comandante Menéndez del ejército republicano es muy esclarecedor. Dice:
“La moral de las milicias es pésima. En ellas hay dos grupos, uno llamado Pancho Villa que no obedece a nada ni a nadie y lo que dice es que lo mejor es matar oficiales. Hay otro grupo de gente que obedecen pero en cambo huyen con gran facilidad”.
En el mismo sentido se expresó Zugazagoitia, que llegó a ser Ministro en el primer gobierno de Negrín, al decir:
”El problema de la Escuadra tenía una importancia gravísima. Los anarquistas temían perder su control y culpaban a Prieto de estar a las órdenes de Moscú. La guerra en el mar fue una cadena de fracasos para la República. No había oficialidad pues la había asesinado la marinería y los que habían sobrevivido dependían de unos comités nombrados por la marinería que hacían y deshacían a su antojo”.
Mientras esto sucedía en la zona republicana, en el bando franquista pasaba lo contrario. Se unificaba el mando y las victorias militares puntuales les iban proporcionando moral para seguir en su empeño. Países como Alemania, Italia y Portugal empezaron a ayudar a Franco con medios materiales y humanos.
Estos éxitos militares y sobre todo la toma del Alcazar de Toledo provocaron el pánico en el gobierno que decidió, en noviembre de 1936, trasladarse a Valencia dejando Madrid en manos de una Junta de Defensa presidida por el general Miaja, y en la que se encontraba Santiago Carrillo como máximo responsable de Orden Público.
Al día siguiente se constituyó en Madrid el Comité Provincial de Investigación Pública encargado de las tareas de represión y coordinación de las checas, que comenzó a poner en práctica las siniestras sacas nocturnas que acabaron con la vida de 4.500 personas, enterradas en fosas comunes de Torrejón y Paracuellos, siguiendo las mismas pautas que posteriormente empleó la Unión Soviética en Katyn donde asesinó a más de 20.000 ciudadanos polacos mediante el tiro en la nuca. Durante muchos años, la Unión Soviética intentó culpar a las tropas alemanas de ese brutal crimen y así lo creyeron y defendieron los “papanatas” de siempre. Finalmente en noviembre de 2010, el Parlamento ruso ha asumido que fue Stalin el que dio la orden y sus tropas las que la ejecutaron.
Los asesinatos de Paracuellos, entre los que estaban escritores tan famosos como Pedro Muñoz Seca y Ramiro de Maeztu, así como muchos oficiales del Ejército, clérigos y personas anónimas, cuyo único delito era haber sido denunciados por el portero de su vivienda, provocaron una fuerte reacción diplomática, en especial del embajador de Noruega, cuyo cónsul Félix Schlayer descubrió las fosas comunes y elaboró un detallado Informe sobre los hechos que entregó al general Miaja y al Foreign Office inglés lo que provocó un impacto tremendo en los países europeos. Esta circunstancia agudizó aún más el descrédito de la República que, poco a poco y merced a sus propios errores, se fue quedando sin apoyos ni reconocimientos internacionales.
En poco más de seis meses, el gobierno republicano había dilapidado su supremacía militar y, lo que es más importante, su credibilidad internacional. A partir de entonces fue una lenta agonía que según algunos historiadores pudo haberse acortado si Franco hubiese decidido atacar Madrid con todas sus tropas, pero hay quien opina también, que prefirió sentar las bases sólidas de lo que iba a ser el nuevo Estado sin entrar en la aventura de Madrid que era bastante problemática y encima tenía que alimentar a toda su población. El tiempo dio la razón a este planteamiento. Los éxitos militares se iban sucediendo inexorablemente del lado franquista. La toma de la franja litoral del norte (Bilbao, Santander, Gijón, Oviedo, etc.), la partición en dos de la zona republicana con la llegada al Mar Mediterráneo de sus tropas y, finalmente, la Batalla del Ebro, decantaron definitivamente el conflicto a favor de las tropas de Franco.
Mientras tanto Azaña había entregado el Gobierno de la República, en mayo de 1937, a Juan Negrín, que era la persona elegida por la Unión Soviética para este cargo. Este personaje había pactado con Stalin la desaparición del sistema parlamentario y su sustitución por una dictadura comunista de partido único. Igualmente, favoreció la toma del Ejército por militares próximos al partido comunista. También tenía las instrucciones de aguantar la guerra hasta donde fuese posible a la espera de que se produjese la agresión de Alemania a otros países europeos lo que desembocaría en un conflicto internacional.
Entretanto, el caos seguía imperando en la zona republicana, en especial en Cataluña, donde no existía ninguna autoridad que pudiese dictar órdenes.
El propio Azaña escribió:
“Hay que escribir un libro con el espectáculo que ofrece Cataluña en plena disolución. Allí no queda nada: gobierno, partidos, fuerzas armadas, servicios públicos, nada existe. Nadie está obligado a nada. Histeria revolucionaria que pasa de las palabras a los hechos para asesinar y robar; ineptitud de los gobernantes, inmoralidad, cobardía y pistoletazos de una sindical contra otra, engreimiento de los advenedizos, insolvencia de los separatistas, deslealtad, explotación de la guerra para enriquecerse, negativa a la organización de un Ejército, gobiernos independientes en cada población (Puigcerdá, La Seo, Lérida, Hospitalet, Port de la Selva, etc.)”.
“En Valencia todos los pueblos armados montaban grandes guardias, entorpecían el tránsito, consumían paellas, pero los hombres con fusil no iban al frente que estaba a menos de quinientos kilómetros”.
Salvador de Madariaga apostilla:
“La zona de la República era una turba de mal avenidos. La verdadera causa de la derrota de la revolución fue la propia revolución”.
La propia Clara Campoamor, diputada en las Cortes Republicanas, defensora del sufragio universal y de la Ley del Divorcio que estaba en Madrid, viendo la situación se exilió a Suiza desde donde escribió:
“Solamente en la Casa de Campo me encontraba cada mañana al menos 70 cadáveres. Un día el gobierno me reconoció que eran 100 muertos los que hallaban de promedio todos los días. Esa no era la República por la que había luchado”.
Yo creo que no se puede expresar mejor, por personas afectas a la República, la dramática situación de la zona republicana y la ineptitud de un gobierno para asumir sus responsabilidades, salvo que estuviese de acuerdo con el rumbo que iban tomando los acontecimientos.
A la vista de esta situación es comprensible que la toma de Barcelona y de Cataluña por las tropas de Franco fuese un paseo militar en el que no se encontraron ni un franco tirador ni resistencia alguna: es más, fueron recibidos por el pueblo con gran alegría como expresión del final de una terrible pesadilla.
Más de 250.000 ciudadanos cruzaron la frontera temerosos de las represalias y engañados por el gobierno. Su vida en territorio francés fue penosa, hacinados en campos de concentración, vigilados por soldados africanos venidos expresamente para esta misión y desamparados por el gobierno de la República.
Ante la situación insostenible que se vivía en Madrid pues el gobierno de la Republica y las Cortes deambulaban de un lugar a otro, reuniéndose en Valencia, Montserrat, Figueras, etc. y a fin de evitar una masacre ante la llegada inminente de las tropas de Franco, el coronel Segismundo Casado, el 5 de marzo de 1939, dio un golpe de estado contra el gobierno de la República y proclamó el Consejo Nacional de Defensa, previa lucha feroz con los miembros del partido comunista que ocasionó varios muertos. Este Consejo pactó con Franco la entrega pacífica de Madrid y como contrapartida obtuvo los salvoconductos para abandonar España, beneficio al que no se acogió Julián Besteiro que decidió quedarse para hacer la entrega oficial de la ciudad, en una actitud que le honra, aunque ello le costó la cárcel donde falleció al poco tiempo.
La entrada en Madrid de las tropas de Franco fue parecida a lo que había sucedido en Barcelona. Una explosión de alegría popular al verse libres los ciudadanos de las tropelías y penurias que habían sufrido durante los últimos tres años.

ACONTECIMIENTOS PUNTUALES

Antes de finalizar este artículo y exponer mis conclusiones me gustaría desmontar algunos mitos creados en torno a la guerra civil. Uno de ellos fue el célebre bombardeo de Guernica. Durante muchos años hemos asistido a la presentación de este hecho bélico como la masacre de un pueblo inocente llevada a cabo por las tropas franquistas. Pues bien, con el paso de los años y de las investigaciones realizadas por las propias asociaciones vascas se ha podido clarificar y valorar, en su justa dimensión, este lamentable suceso. Lo voy a presentar de la forma más clara posible para que el lector pueda juzgar lo acontecido.

DATO ______________________VERSIÓN OFICIAL______________________ REALIDAD
Habitantes_______________________ 10.000____________________________5.000
Mercado semanal____________ Multitud de campesinos________________Suspendido
Interés bélico____________________ Ninguno ________________3 fábricas de armas
Muertos___________________________ 4.000______________________________126
Destrucción ciudad_________________ 100 % ___________________________17 %
Destrucción posterior_____________------- ___________________________70 % *
Casa de Juntas y Árbol___________Destruidos_________________________Intactos
Duración bombardeo_______________15 horas__________________________3 horas **
Ametrallamiento civiles_____________Sí________________________________No ***
Cuadro “Guernica” __________Pintado como homenaje ________Empezado para otro fin


* Se debió a una actitud negligente de los bomberos de Bilbao que llegaron muy tarde y abandonaron la ciudad sin haber apagado los incendios.
** La autonomía de esos aviones sólo les permitía 3 horas de vuelo.
*** La distribución y estrechez de las calles impedía a los aviones descender para poder ametrallar a los civiles.
Más perverso fue el bombardeo de Cabra llevado a cabo por la aviación republicana y que fue sido silenciado por todos los medios y negado durante un tiempo por el gobierno. Cabra era una población sin interés militar alguno, sin tropas y alejada del frente de batalla. Fue bombardeada y destruida el 7 de noviembre de 1938 y, como consecuencia de esta agresión injustificada, hubo 108 muertos y más de 200 heridos. Eso sí, como afirma Arcadi Espada:
“Pero no eran vascos, no tenían un Picasso que pintase sus gritos, ni sus lágrimas conmovieron a nadie. Hoy que se pretende reescribir el pasado y volver a dibujar las fronteras de buenos y malos, nadie se acordará de esta masacre y siempre nos quedará Guernica. Definitivamente, el bando franquista ganó una guerra, pero perdió la propaganda”.
Otro triste suceso ocurrido durante la contienda y que también se ha manipulado para tratar de ocultar los asesinatos de Paracuellos fueron los fusilamientos de Badajoz. La versión oficial explicaba que tomada la ciudad por las tropas franquistas, se encerró en la plaza de toros a todos los prisioneros y posteriormente se les fusiló indiscriminadamente, llegando a 4.000 el número de víctimas de esta masacre. Pues bien, al igual que en el caso anterior y después de estudios serios se ha podido cuantificar que el número de muertos ascendió a 400 y el método empleado para descubrir a los milicianos fue el de desnudarlos de cintura para arriba y todos aquellos que presentaban hematomas en las articulaciones de los hombros debido al uso de los fusiles permanecieron encerrados y posteriormente fueron fusilados. El resto quedó en libertad. Curiosamente, uno de los liberados fue el padre de Cristina Almeida que podía haber contado la verdad de lo acontecido, pero calló cobardemente para que prevaleciese la versión republicana.
En cuanto a la cifra de fallecidos también desearía aportar los datos que se conocen en la actualidad, fruto de laboriosas investigaciones de muchos historiadores.
Los muertos en combate se cifran en torno a los 100.000.
En las retaguardias se contabilizan los siguientes fallecidos:

Zona republicana 65.000, de los que 15.000 fueron en Madrid y de ellos 6.000 eran religiosos.
Zona franquista 70.000, de los que 45.000 fueron en época de guerra y 25.000 como consecuencia de la posterior represión.

Seguidamente, como en artículos anteriores expondré mis conclusiones personales de esta etapa que, por supuesto, son opinables y discutibles.
1ª.- El levantamiento militar fue el colofón inevitable de un proceso revolucionario iniciado al amparo y al margen del gobierno de la República por unas organizaciones obreras y políticas que perseguían otros objetivos totalmente diferentes.
2ª.- El golpe militar fracasó en su intención de controlar el país en pocos días, pues no consiguió sus fines. Las fuerzas armadas, en especial la Aviación, la Escuadra y gran parte del Ejército permanecieron fieles a la República. Igualmente, las fuentes de riqueza quedaron en la zona republicana.
3ª.- Los propios gobiernos de la República consintiendo la barbarie y el caos que se implantó en su zona fueron los únicos culpables de que los enfrentamientos militares se fueran decantando del bando contrario. Permitieron el asesinato, por parte de la marinería, de gran parte de la oficialidad de Marina e inició una “caza de brujas” entre los oficiales del Ejército dejándolo en manos del partido comunista, que era contrario a la República y seguía estrictamente las órdenes de Stalin.
4ª.- El comportamiento incalificable y sectario de sus principales protagonistas (Azaña, Largo Caballero y Negrín) contribuyó al fracaso del proyecto republicano, a pesar de que posteriormente han intentado eludir sus verdaderas responsabilidades a través de sus escritos y Memorias
5ª.- La actitud desleal con la República, que les había concedido Estatutos de Autonomía, de los nacionalistas vascos y catalanes también contribuyó a la derrota. Los primeros, pactaron con Franco la entrega de Bilbao para asegurar sus vidas y sus bienes económicos. Los segundos, aprobando declaraciones de independencia que en nada favorecían al gobierno central.
6ª.- El trascendental papel jugado por la Unión Soviética en el conflicto español contribuyó todavía más a desvirtuar y desacreditar el proyecto republicano al tratar de convertirlo en una dictadura del proletariado similar a la implantada en su país.
7ª.- La actitud pasiva de los distintos gobiernos de la República obligó a muchos de sus adeptos a emigrar para salvar sus vidas. En este sentido la frase de Azaña, que aunque un pésimo gobernante no era tonto, es muy clarificadora al respecto:
“Que triste va a ser la vida de los republicanos, ya que gane quien gane la guerra jamás podrán regresar a España para vivir tranquilos”.
Era consciente de que si la República hubiese ganado la guerra, en España se habría instalado una dictadura comunista.
8ª.- La época de la República, en especial el periodo aquí relatado, fue un verdadero drama para la inmensa mayoría de los españoles que se empobrecían y quedaron desamparados a merced de unos indeseables que practicaron todo tipo de barbaridades, ante la pasividad incomprensible del gobierno de turno.
9ª.- Como sucede siempre en estos casos, los responsables directos de la tragedia, salieron de España, unos con más dignidad que otros, con las maletas llenas y vivieron su exilio dorado manteniendo un “fantasmagórico” gobierno republicano que justificaba su penosa existencia. Otros vivieron a costa del presupuesto soviético en pago a sus servicios.

A la vista de lo relatado, considero que el partido socialista debería permanecer prudentemente callado y no intentar falsear una realidad que la tozudez de los hechos desmiente por sí solos, e incluso sus propios compañeros, protagonistas de la situación, denunciaron cuando terminó la tragedia.


Madrid, 14 de abril de 2011