martes, 29 de noviembre de 2011

La Hora de las Responsabilidades

Autor: Geromín

Apenas han transcurrido diez días desde que los ciudadanos se pronunciaran clara y contundentemente contrarios a la forma de gobernar del partido socialista que ha llevado a España y a los españoles a un deterioro económico, moral, cultural y social lamentable y ya han comenzado a escucharse las primeras críticas públicas al “zapaterismo” en un intento sutil de eludir responsabilidades por parte de aquellos que han disfrutado de sus dádivas.
Sirva de ejemplo el reciente editorial de El País, periódico afín al PSOE, en el que Juan Luís Cebrián le dedica un “encendido homenaje” que contiene las críticas más duras contra Rodríguez Zapatero que se hayan podido leer en un periódico de tirada nacional en estos últimos años.
En mi opinión personal, la peligrosa situación en la que nos encontramos es fruto de la actuación de una serie de organizaciones, instituciones y personas que han contribuido, activa o pasivamente, a este final, halagando y coreando las “hazañas” y “tropelías” del presidente del gobierno.
Durante estos ocho años penosos no se ha oído en su entorno una voz discrepante que advirtiese del riesgo que estábamos asumiendo. Todo se justificaba en aras de una modernización del país y aquel que osara verter algún comentario contrario a su política se veía acosado por la inquisición zapateril y era tachado de fascista y reaccionario.
Finalizado este periodo de permanente intoxicación mediática de la opinión pública y de persecución al hereje, considero que es buen momento para definir las responsabilidades de todos y cada uno de los actores de este drama y que cada palo aguante su vela.

Sin duda alguna, todos estaremos de acuerdo en que el máximo responsable del desastre es José Luís Rodríguez Zapatero que por su formación y características personales no estaba capacitado para asumir tan alta responsabilidad. El pasado día 5 de septiembre publiqué en mi blog un artículo titulado: “El Ocaso del Zapaterismo” en que analizaba su personalidad y su forma sectaria de gobernar. Por tanto, no considero oportuno reproducir aquí todo lo descrito en él que adquiere plena actualidad con los últimos acontecimientos. Solamente me limitaré a remarcar su incompetencia, su sectarismo, su despilfarro económico y su falta de ética para mentir y manipular la verdad de forma continuada. Su pertenencia a la masonería podría haber influido también en sus decisiones que han ido dirigidas a dividir, empobrecer, desprestigiar y debilitar a España como lleva haciendo esta secta en los últimos dos siglos de nuestra Historia.
Con esa sonrisa “bobalicona” y haciendo gala del “buen talante” implantó en su propio partido y en el país una férrea dictadura sobre los medios de comunicación, no consintiendo opiniones ni posturas discrepantes. Ha intentado cambiar la Historia y fomentar el odio entre los españoles reabriendo viejas heridas que no estaban cicatrizadas. Su gestión al frente del gobierno en todos los ámbitos del poder puede calificarse de lamentable, erigiéndose como el peor presidente de la era democrática.
Sería higiénicamente muy saludable para la democracia que a este individuo se le aplicase lo dispuesto en el artículo 102 de la Constitución Española, y el nuevo Congreso de los Diputados le acusara de traición y de atentar contra la seguridad del Estado, iniciándose el correspondiente proceso penal. Considero que esta decisión, si se aprobara, serviría de vacuna para protegernos de futuros “advenedizos”.
Para los ciudadanos resulta muy frustrante comprobar cómo una persona que ha producido tanto daño pueda volver a su casa, en el lujoso barrio de Somosaguas, sin haber pagado, de alguna forma, los perjuicios causados.

En cuanto a responsabilidades se refiere se ha de considerar que la Jefatura del Estado dentro de las limitaciones que le impone el artículo 56 de nuestra Constitución debería haber actuado discretamente para evitar el desastre. La pasividad absoluta mostrada por el Jefe del Estado en esta coyuntura histórica choca abiertamente con la actividad frenética que desarrolló en el año 1980, cuando el rumbo errático del entonces presidente del gobierno ponía en peligro la estabilidad del país e incluso de la propia Corona. En ese momento, el Rey movió todos sus contactos para desplazar a Adolfo Suárez de la presidencia del gobierno e, incluso, se preparó un plan alternativo por si fracasaba ese objetivo.
Personalmente, considero que la situación de España en estos últimos años, en especial en 2009 y 2010, ha sido más delicada y preocupante que la que se daba en el referido año 1980.
Ante este comportamiento inoperante del Jefe del Estado, los ciudadanos podemos preguntarnos, con razón: ¿Para qué nos sirve la Monarquía?
Ha tenido que ser la Unión Europea la que, bajo presiones económicas, ha reconducido el despilfarro y el desorden en la gestión presupuestaria del gobierno.

Igualmente, en esta relación de responsables se encuentra el PSOE que eligió, mantuvo y apoyó sin fisuras hasta el final a su Secretario General. En el año 2000 y como consecuencia de otra derrota electoral, menos dura que la actual, se inició un proceso de renovación del partido para elegir un nuevo Secretario General y una nueva Ejecutiva. El candidato que se postulaba en la dirección del mismo era José Bono, pero el odio personal que sentían hacia él tanto Alfonso Guerra como Pascual Maragall, les hizo movilizar sus poderosas influencias y buscar apresuradamente otro candidato. Apostaron por Rodríguez Zapatero que era un burócrata del partido sin experiencia ni formación alguna y aparentemente manejable por sus Barones. El apoyo de la logia masónica a la que pertenece también favoreció su elección. Posteriormente, en el año 2004 fue elegido presidente del gobierno sobre 192 cadáveres y en circunstancias todavía no aclaradas debidamente, e inició su nefasta trayectoria al frente de la nación. Durante estos ocho años de mandato no ha habido dentro de los órganos de gobierno de su partido una sola voz discrepante, más bien al contrario todo eran halagos y sonrisas por su maravillosa y eficaz gestión. Que yo recuerde, solamente Joaquín Leguina escribió, hace años, un artículo en que denunciaba su gestión, vaticinaba el descalabro electoral que se ha producido y presagiaba la complicada situación en la que “el visionario” dejaría al partido socialista.
Finalmente y en base a las encuestas que circulaban han tenido que apartarle de la campaña electoral, pero al ser demasiado tarde no han podido evitar el descalabro en las urnas. Por cierto, en la designación del nuevo candidato, el Sr. Rodríguez ha vulnerado, con el beneplácito de la Ejecutiva, los estatutos del partido y ha seguido el mismo procedimiento “digital” que aplicó José María Aznar cuando designó a Mariano Rajoy que tan reiteradamente fue criticado por el partido socialista alegando falta de democracia interna en el partido popular.
En mi opinión, un partido político responsable debería disponer de unos filtros previos que evitaran la llegada al poder de analfabetos e incompetentes, ya que al final se vuelve contra ellos mismos, pues a raíz de las elecciones de mayo y de noviembre del presente año se van a quedar sin cobrar de las arcas públicas miles de militantes, muchos de los cuales, al no tener oficio ni beneficio, van a terminar engrosando las cifras del paro.
Espero y deseo que esta desagradable experiencia les haya servido de lección para que no vuelvan a caer en los mismos errores, pero mucho me temo que se cumplirá el dicho popular que dice: “el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”.
Por las informaciones que se filtran de lo tratado en la reunión de la Ejecutiva celebrada el pasado fin de semana y coincidiendo con lo expuesto por Joaquín Leguina en su artículo titulado: El final del paganismo y el comienzo de lo mismo, presiento que para el bien de España, van a volver a tropezar en la misma piedra.

En esta penosa lista, sitúo también a los que denomino “Subvencionados”: es decir, aquellos que, en agradecimiento a las cuantiosas cantidades de dinero público recibido, han apoyado y coreado todas las barbaridades y desmanes que cometía el “Jefe”.
Rodríguez Zapatero muy astutamente y disponiendo caprichosamente de los fondos públicos ha creado en estos años de gobierno una red de clientelismo que le ha sido fiel hasta su defenestración.
Dentro de este grupo se ubican las siguientes organizaciones y personajes:
a) Los llamados sindicatos de clase, UGT y CCOO, que a fin de no perder las subvenciones anuales recibidas han renunciado a la defensa de los trabajadores a los que dicen representar y cuando el gobierno ha aplicado recortes importantes en sus derechos han mirado para otro lado. Sirva de información al respecto que en el presente año cada uno de estos sindicatos ha recibido 50 millones de euros de subvención directa, a lo que hay que añadir lo cobrado por los ERES aceptados y otros ingresos atípicos.
b) “El sindicato de la ceja”, constituido por un conjunto de “titiriteros” que ha recibido de las arcas públicas numerosas subvenciones para dirigir y producir auténticos “bodrios”, que no películas, cuyo guión central era siempre la guerra civil y lo buenos y honestos que eran los republicanos. Del mismo modo la implantación del canon digital, les ha llenado las arcas, en especial las del Presidente de la SGAE.
Estos “artistas” como prueba de solidaridad con los más desfavorecidos, llevaban sus capitales a paraísos fiscales o los gestionaban a través de una SICAV cuyas plusvalías cotizan al 1%, sin que el “rojo” Zapatero, en sus medidas de ajuste económico, haya modificado este irrisorio porcentaje de tributación.
Al final, han abandonado el barco como las ratas y da la impresión de que se les haya tragado la tierra pues han cesado en sus manifestaciones públicas de apoyo incondicional al “Jefe”.
c) Los medios de comunicación afines, léase Prisa y Mediapró, que por un tratamiento crediticio privilegiado por parte de las entidades financieras y por contratos sustanciosos firmados con las televisiones públicas, respectivamente, han permanecidos fieles a la línea política del “visionario”. Igualmente estas televisiones públicas y otras cadenas privadas como la creadora de la “telebasura” no han cejado en su empeño de presentar ante la opinión pública la gestión del presidente como un avance democrático y de modernización del país.
d) Personajes indeseables y de dudosa moralidad, léase Baltasar Garzón, Cándido Conde-Pumpido, etc. que han manejado la Justicia al son que dictaba el “sectario”, vulnerando la legislación cuando era necesario o no actuando cuando no interesaba, como lo ocurrido con el llamado “caso Faisán”. Esperemos que el Sr. Garzón se termine sentando en el banquillo de los acusados en los tres procedimientos que tiene abiertos por presunta y reiterada prevaricación. Otros, como Miguel Ángel Fernández Ordóñez no ejerciendo su cometido de supervisor del sistema financiero y siguiendo las instrucciones del gobierno encubrir la gravedad de la situación.
e) Instituciones financieras, como el Banco de Santander, La Caixa, etc. que no han criticado en ningún momento las medidas económicas del gobierno, más bien al contrario, en más de una ocasión hemos visto al Sr. Botín defendiendo públicamente la gestión económica del presidente. Probablemente, porque esa actitud les permitía seguir ejecutando hipotecas, falseando balances, recibiendo dinero público o como acabamos de ver con el indulto de Alfredo Sáenz asegurándose inmunidad jurídica. Ahora cuando la situación ha cambiado solicitan incremento de las subvenciones públicas para sanear unas cuentas que ellos mismos han falseado durante años. En connivencia con el Gobernador del Banco de España han iniciado un proceso de desmantelamiento de las Cajas de Ahorro que nos va a costar a los españoles miles de millones de euros por los sustanciosos créditos concedidos a sus amigos.

Finalmente, en esta relación de responsables incluyo a los partidos políticos: CIU o PNV que han dado apoyo parlamentario a todas las medidas del gobierno y han permitido que éste sacara adelante leyes que iban en contra de sus propias ideologías como es el caso de la ley del aborto, que fue votada favorablemente por los reaccionarios y católicos vascos para seguir “chupando de la teta”. Igualmente, recién constituidas las Cortes Generales en el año 2004 se prestaron a crear ese “cordón sanitario” que ideó el Sr. Rodríguez para aislar al partido popular que representaba casi a la mitad de los españoles.

En este breve artículo he intentado dejar constancia de todos los responsables, en mi opinión, del desastre actual y que iremos viendo como, poco a poco, intentarán desmarcarse de la gestión “zapateril” alegando las más inesperadas y estrambóticas razones.

Madrid, 30 de noviembre de 2011

martes, 15 de noviembre de 2011

Lágrimas en la Sequía

Autor: Santos Gil

No es que tratemos de enmendar la plana al programa cinematográfico del escritor Juan Manuel de Prada, sino que se trata de una fotografía de un reciente mitin preelectoral del Sr. Rubalcaba y sus “jóvenes” compañeros socialistas para agradecer, entre lágrimas, a ETA y organizaciones afines, su comunicado sobre el cese de la actividad armada.
La sequía pluvial que hemos padecido desde la primavera es un símbolo de la sequía política, moral, cultural, intelectual y económica a que nos han llevado las “intuiciones” (¿verdad Srª. Salgado) de Rodríguez Zapatero, coreadas por casi todos los estamentos nacionales (ahora empiezan a surgir los “conversos”), salvo algún medio de comunicación y muy pocos con posturas claras.
Ante dicho anuncio de ETA, ninguna entidad política, incluyendo la Corona y la propia Iglesia vasca han deducido y proclamado que se trata de una simple operación de apoyo electoral a los amigos y afines que no altera la ruta marcada por un antiguo pacto, al que aluden alguna vez los periodistas, hecho a distintas bandas, de restablecer las autonomías republicanas sin descartar repercusiones independentistas. Solo reclaman las Asociaciones de víctimas y los repetidos medios de comunicación, pero estas entidades no son formalmente “políticas”.
En el caso vasco, la ideología racista, mezclada con una tradición religiosa, hizo que ya en la República se buscara el apoyo del Vaticano, engañando al nuncio en España, Monseñor Tedeschini y al propio secretario de Estado, Eugenio Pacelli.
El PNV había tenido relaciones directas con el Vaticano hasta el punto que a principios del año 1936 José Antonio Aguirre, entonces lendakari, buscó tener en Roma un representante directo. Por su parte los catalanes trataron que la Santa Sede permitiera cierta autonomía eclesiástica en su región.
En diciembre de 1936, el cardenal Gomá fue nombrado representante confidencial y oficioso ante la Santa Sede. La representación española estaba vacante desde el abandono del embajador Zulueta. Gomá negoció la publicación, el 1º de julio de 1937, de la carta colectiva del episcopado español llamada de la Cruzada. Pero dos obispos, Múgica, de Pamplona, y Vidal i Barraquer, de Tarragona, no firmaron esta carta colectiva, pues habían salido de España por motivos “particulares”. El primero no era de convicciones nacionalistas, pero había tenido algún enfrentamiento con ellos.
Dichas circunstancias influyeron en la politización del clero vasco, y su inclinación por la autonomía vasca que, con el tiempo, se ha vuelto contra la ideología cristiana relegada a favor del radical-nacionalismo. En general se ha convertido en protector de ETA, en conjunción con el PNV.
Por lo que se refiere al nacionalismo catalán vemos también una amplia protección por parte de la Iglesia a las instituciones “democráticas” nacionalistas, incluso antes de la llegada de la democracia.
Cuenta José Tarradellas en sus Memorias las gestiones realizadas para restablecer la Generalidad, fundamentalmente las llevadas a cabo por los diputados catalanes socialistas Joan Reventós, J.M. Triginer y E. Martín Toval, primero con el presidente Adolfo Suárez, con quien la entrevista fue “tensa, agria, poco cordial”. Al día siguiente, el 21 de junio de 1977, se entrevistan estos mismos diputados con el Rey quien “los animó a llevar a buen término la cuestión de la autonomía de Cataluña”. El relato de Tarradellas añade que, según Reventós, “el Rey comprendía perfectamente que la falta de solución de la cuestión catalana podía convertirse en un grave problema de desestabilización de la democracia” y que iniciar la negociación de la autonomía catalana “implicaba la solidaridad con todos los pueblos de España… y aportar una solución original al tema de la organización del Estado”.
Tarradellas se entrevistó en Francia con su homólogo vasco en el exilio, entrevista sobre la que el Correo Catalán del día 15 de julio de 1977 opinaba que no sería “un simple contacto formal, sino una reunión que intentará llevar adelante una acción conjunta entre las dos nacionalidades”, y hemos visto años después, ya en este siglo, que la “acción conjunta” abarca también a ETA, que ha servido de conducto para que regiones privilegiadas por el poder (como ocurrió con los aranceles), una vez más, contribuyan a la descapitalización, en todos los ordenes, de España.
Así no se puede embridar a las restantes autonomías y articular la necesaria política común que se está reclamando para Europa.
¿Qué nos espera? Más lágrimas, pero no de cocodrilo.