lunes, 26 de noviembre de 2007

Carta abierta a Mariano Rajoy

Carta abierta a D. Mariano Rajoy

Autor: Geromin

A cinco meses para la celebración de las elecciones generales, considero que el Partido Popular y Ud. como máximo dirigente del mismo, deberían plantearse una profunda reflexión sobre la estrategia que han seguido hasta el momento presente, en su labor de oposición al Gobierno.
Como supongo ya conocerán, y a pesar de los errores del Gobierno, clamorosos en algunos casos, el Partido Popular no consigue despegar y distanciarse del Partido Socialista en intención de voto de los ciudadanos, y Ud. en particular, no figura entre los líderes más valorados por la opinión pública.
Estos datos objetivos ponen de manifiesto que el Partido Popular está equivocado en sus planteamientos y es incapaz de obtener beneficios de una situación, teóricamente, muy favorable a sus intereses.
Siendo necesario, para el bien de España, desplazar a “Mr. Bean” de la Presidencia del Gobierno y en aras a la convivencia pacífica de los españoles, me tomo la libertad de apuntar algunos factores que, en mi opinión, y en la de muchas personas, están afectando, negativamente, a las posibilidades electorales de su partido.

En primer lugar, es imprescindible que el Partido Popular se desprenda de la tutela de José María Aznar, que si bien fue un buen presidente durante su primera legislatura y así lo entendieron los ciudadanos que le renovaron su confianza para un segundo mandato, incluso con mayoría absoluta, en el tramo final de su segunda legislatura, echó todo por tierra con unas decisiones inexplicables para la ciudadanía. En la actualidad, cualquier aparición o declaración suya les perjudica, sin ningún género de dudas, pues traen a la memoria, los momentos trágicos del 11 de marzo de 2004 y las circunstancias que rodearon este brutal atentado, muy bien explotado por el Partido Socialista.

En segundo término, los portavoces de su partido ante la opinión pública, los Sres. Acebes y Zaplana, son dos políticos “quemados”. El primero, porque desde siempre, ha sido y es un mal comunicador y tuvo la mala suerte de tocarle la gestión de los atentados del 11 de marzo, que por cierto, fue bastante lamentable, no sólo por los engaños a los que él mismo se vio sometido por parte de sus colaboradores, sino también por sus patéticas apariciones ante los medios de comunicación. Por su parte, el Sr. Zaplana, representa la derecha más reaccionaria del panorama político, lo que no favorece en nada la imagen centrista que Ud. pretende dar a su formación y para mayor abundamiento, a punto estuvo de provocar una crisis interna en su partido de la Comunidad Valenciana, motivada por una posible pérdida de poder de los “zaplanistas”, es decir, anteponiendo sus intereses personales a los del partido.
Ud. debería haber llevado a cabo una profunda renovación de la cúpula directiva, incorporando gente nueva, no contaminada, y recuperando, al mismo tiempo, políticos valiosos que ya lo demostraron cuando tuvieron responsabilidades de gobierno.

En tercer lugar, el equipo de asesores que Ud. tiene, parece como si fueran miembros del Partido Socialista, porque le embarcan en unos temas que apenas importan a los ciudadanos y deterioran seriamente su imagen. Sirva como ejemplo la polémica en torno a la asignatura “Educación para la ciudadanía”, que bien manejado por el Gobierno, les ha hecho aparecer como insolidarios y clasistas. Las batallas en las que se enzarza con el Gobierno no son de interés común. Sin embargo, en otros asuntos en los que, en mi opinión, Ud. debería haber planteado la batalla, se limita a criticar desde el Congreso de los Diputados, pero no se pone manos a la obra. ¿Por qué no se ha desplazado Ud. a Barcelona para explotar políticamente el caos en que vive esta ciudad desde hace varios meses (hundimiento de El Carmel, apagones eléctricos, aeropuerto de El Prat, trenes de cercanías, obras del AVE, etc.)? Ante esta lamentable situación, el Partido Socialista se va a ir de rositas por falta de iniciativa del Partido Popular.
La última broma que le han gastado sus colaboradores, ha sido la celebre ocurrencia de su primo, el del cambio climático. Parece mentira que con su experiencia cometa este grave error político.
Por favor, céntrese en los asuntos importantes, que son los que preocupan al pueblo, como la política exterior, el terrorismo, la inmigración, la vivienda, el respeto a los símbolos del Estado, la politización de la justicia, la inseguridad ciudadana, la unidad de España, etc. En estos temas es donde debe plantear la batalla política, ya que el Gobierno camina sin rumbo determinado y Ud. tiene el camino despejado para proponer soluciones prácticas y comprensibles para los ciudadanos.

Otro factor a corregir por su partido es el manejo de los medios de comunicación y el trabajo de sus asesores de imagen. El Partido Socialista, muy astutamente, les está empujando hacia la derecha para arrebatarles los votos del centro político, que es donde debe plantearse la batalla electoral, ya que tanto su partido como el partido socialista tienen asegurado un sector de la población, que aunque se empeñen en hacerlo mal, siempre les votarán como mal menor.
Ud. no puede aparecer, permanentemente, ante la opinión pública con aspecto crispado, como si padeciese de las muelas o de estreñimiento, criticando por criticar. Por favor, suavice el tono de su discurso y emplee la sonrisa, el diálogo y las soluciones positivas como forma de oposición. El rostro amable y risueño transmite confianza mientras que el ceño fruncido representa enfrentamiento y ganas de pelea. Resulta incomprensible que sus asesores no apliquen estos principios elementales de la comunicación.

En último lugar, aunque es el factor más importante, se refiere a sus características personales. Sr. Rajoy, nadie duda de su capacidad de trabajo, de su honestidad y de su formación como estadista, pero Ud. no posee una cualidad que es imprescindible para ganar unas elecciones, y que se conoce como “carisma”, que según el DRAE, significa “esa especial capacidad de algunas personas para atraer o fascinar”, o también, “el don gratuito que Dios concede a algunas personas en beneficio de la comunidad”.
Una virtud que tuvieron Adolfo Suárez, Felipe González y José María Aznar. No hablo de “Mr. Bean” porque este señor llegó a la Presidencia del Gobierno sobre 200 muertos.
El objetivo principal de un líder político debe ser el servicio a la nación y a los ciudadanos y, consciente de sus limitaciones, desempeñar dentro del partido el papel que es más adecuado para sus cualidades y para el triunfo en las urnas. En mi opinión, Ud. sería un excelente Presidente del Partido Popular.
Este partido tiene en sus filas auténticos líderes con carisma, como lo han demostrado en diversas confrontaciones electorales. Tales son los casos de Esperanza Aguirre, Rita Barberá, Alberto Ruiz Gallardón, Teófila Martínez, Rodrigo Rato, Jaime Mayor, Javier Arenas, etc. Cualquiera de ellos estaría en condiciones de ganar las próximas elecciones.
Considero que por un exceso de egoísmo o de protagonismo, que los ciudadanos no entendemos, no han valorado debidamente esta circunstancia y se han apresurado a designarle como candidato. Ya es tarde para corregir este error, pero todavía está a tiempo de recurrir a estas personas para que le arropen en sus mítines electorales y le aporten ese carisma del que Ud. carece. Por favor, practique la humildad que es una virtud que suele escasear en la clase política y utilice todos los medios a su alcance para ganar las elecciones. El pueblo español y España le demandan este sacrificio.
En caso contrario, presiento que en el mes de abril, Ud. va a presentar la dimisión, se va a ir por la puerta de atrás y los españoles tendremos que soportar otros cuatro años, las gracias y la sonrisa histriónica de “Mr. Bean”.
Los políticos, a diferencia del resto de los profesionales, cuando se equivocan, no asumen responsabilidad alguna y por tanto, actúan, en muchos casos, con bastante ligereza, sin sopesar las graves consecuencias de sus decisiones.





Madrid, 27 de octubre de 2007

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