lunes, 26 de noviembre de 2007

Operación "Limpieza" o las Alfombras de "Mr.Bean"

Operación “Limpieza”
o
Las Alfombras de “Mr. Bean”

Autor: Geromin
Desde que el Sr. Rodríguez Zapatero (“Mr. Bean”, para los amigos) llegó a la Secretaría General del partido socialista, merced a los votos de los representantes de una corriente interna y testimonial del partido, que curiosa y “casualmente”, años más tarde, fueron los mismos que privaron a Rafael Simancas de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, absteniéndose en la votación de investidura, se inició una operación de limpieza dentro del partido, orientada a la eliminación de todas aquellas personas que pudieran representar un peligro para su permanencia en el cargo, sustituyéndolas por políticos serviles y estómagos agradecidos.
Este proceso, lo ha llevado a cabo como un profesional del engaño, taimado, melifluo, sonrisa histriónica y haciendo uso de todos los recursos, éticos o no, que el poder pone a su disposición, ante la pasividad de la dirección de su propio partido, que, si bien, en privado, se manifiestan contrarios a este comportamiento, en público, callan y otorgan.
El primero de la lista en caer, fue Nicolás Redondo Terreros, Secretario General del PSE-EE, que durante años defendió, y arriesgó su vida por ello, las libertades en el País Vasco y plantó cara al nacionalismo fascista que sigue con su limpieza étnica e ideológica en esa región. A iniciativa del propio “Mr. Bean”, el partido socialista suscribió con el partido popular, cuando éste gobernaba, el “Pacto Antiterrorista”, y lo que parecía ser un triunfo personal de Redondo Terreros, fue, en realidad, una falsa apariencia, ya que a espaldas suyas, miembros del propio partido se reunían con los nacionalistas para pactar otras estrategias que posteriormente se han puesto de manifiesto cuando el partido socialista ha llegado al poder. Este comportamiento provocó la renuncia de Redondo Terreros a sus cargos en el partido, que era el fin perseguido.
El “fallecido” siguiente, es José Bono Martínez, Presidente de Castilla-La Mancha, referencia de los socialistas en esa región, y rival de “Mr. Bean” en las elecciones primarias del partido socialista. Con el señuelo de hacerse cargo del Ministerio de Defensa en el gobierno socialista, abandonó el gobierno regional y aceptó la oferta. Grave error de un político al que considero inteligente y no comprendo los motivos que le llevaron a tomar esta decisión. Evidentemente, dentro del gobierno, “Mr. Bean”, le tenía controlado y estaba a su merced, de forma y manera que le manejó a su antojo, hasta que, al cabo de dos años, explotó y decidió irse a casa. Al no encontrar candidato para la Alcaldía de Madrid, intentó convencerle para que se presentase, pero en esta ocasión no mordió el anzuelo. Próximas las elecciones generales volverá a recurrir a él para asegurarse los votos de Castilla-La Mancha, espero que no caiga otra vez y se deje cautivar por las promesas del “mentiroso”.

El tercero de esta macabra relación es Pascual Maragall Mira, Presidente de la Generalidad de Cataluña y líder indiscutible de los socialistas catalanes, que se quemó en la discusión del Estatuto, en el Parlamento catalán, al amparo de las palabras de “Mr. Bean”, que había afirmado solemnemente, como siempre hace, que lo que se aprobara en ese Parlamento, sin modificar una coma, sería aprobado en las Cortes Españolas. Craso error el de Maragall, que confió en “el jefe”. Al final de su tramitación, se dio la curiosa circunstancia, que uno de los tres partidos (Izquierda Republicana), que formaban parte de su gobierno, hizo campaña para votar “no” al Estatuto, mientras que Convergencia y Unión, que estaba en la oposición, pactó, a sus espaldas con “el jefe” y apoyó el Estatuto. El pueblo catalán demostró en el referéndum posterior, su pasotismo al respecto, como lo demuestra el hecho de que el índice de participación fue inferior al 50%. Este ridículo tan espantoso llevó al pobre Pascual a convocar elecciones anticipadas y renunciar a su cargo.
Recientemente, ha anunciado su baja en el partido socialista, por haberse sentido engañado, con duras críticas a ”Mr. Bean” al que, entre otros reproches, le acusa de desagradecido, ya que fue él, junto con Alfonso Guerra los que defendieron su candidatura frente a la de José Bono en las primarias del partido.

El cuarto lugar, lo ocupa Juan Carlos Rodríguez Ibarra, líder de los socialistas en Extremadura, al que los disgustos y “sapos” que tuvo que tragar durante la tramitación del Estatuto de Cataluña, le provocaron un problema vascular grave, que le ha llevado a retirarse de la política. Pienso que tiene que ser muy duro para una persona que dice defender los intereses de sus paisanos y de su tierra, consentir que los diputados extremeños den su conformidad a este Estatuto, que supone un empobrecimiento indiscutible para su región, por mucho que los políticos de turno lo quieran vestir de otra manera.

Siguiendo por orden cronológico en su defenestración, el quinto lugar se lo asignamos a Rafael Simancas Simancas, Secretario General de los socialistas madrileños, que se plegó a las manipulaciones de “Mr. Bean”, en lo referente a la búsqueda de un candidato para la Alcaldía de Madrid, operación que llevó personalmente el “jefe” ignorando a la cúpula del partido en la región. La designación de Miguel Sebastián, provocó la mayor derrota electoral del partido socialista, en Madrid, en toda su historia. Ante este fracaso, y como “el mentiroso” siempre se va de rositas, el pobre Simancas se ha tenido que ir a su casa, criticado y vejado por su papel de alfombra sobre la que se han orinado los jerifaltes del partido, tal y como escribe Joaquín Leguina en un artículo publicado en la prensa nacional.

A continuación, el sexto, por méritos propios, es Fernando Puras Gil, Secretario General de los socialistas navarros. Celebradas las elecciones autonómicas de mayo de 2007, el partido socialista se encontraba en situación de alcanzar la Presidencia del Gobierno de Navarra, previo pacto, con Nafarroa Bai (conglomerado electoral de partidos nacionalistas, independentistas, etc.). “Mr. Bean” había dado su conformidad a este pacto. Para ello, se iniciaron las oportunas reuniones y conversaciones. Conseguido el acuerdo, que se aprobó por mayoría abrumadora en la ejecutiva regional, y cuando se iba a proceder a su firma, “Mr. Bean” llamó a capítulo a Fernando Puras y le obligó a desdecirse. El incauto regresó a Pamplona, avergonzado y posteriormente abucheado por sus propios compañeros, tuvo que optar por la renuncia y retirarse a sus cuarteles de invierno.

El último, por el momento, de esta sabrosa relación, es Juan Ignacio Pla Durá, Secretario General de los socialistas valencianos, al que, previa filtración por parte de la prensa afín al poder, se le ha acusado de no haber pagado la reforma de su casa, como paso inicial a la correspondiente campaña mediática de acoso y derribo. Antes de llegar a esta situación, y viendo la suerte corrida por sus compañeros de la presente lista, ha decidido abandonar y dejar paso libre a Jordi Sevilla, candidato del “jefe”.
Pienso que los ciudadanos nos sentiríamos muy tranquilos si los mayores “chanchullos” de la clase política fueran no abonar la reforma de sus pisos.

Si a estos “caídos”, por “Mr. Bean” y por la patria, añadimos los de Ángel Villalba Alvárez y de Juan Carlos Alemán Santana, Secretarios Generales de los socialistas en Castilla y León y Canarias, respectivamente, que se han ido “voluntariamente”, antes de que los echen, en aplicación del refrán castellano “cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar”, nos encontramos con que la depuración ha superado el 50% de los líderes regionales del partido.
A este “purga” directa, se añade otra “limpia” más subliminal, consistente en apartar de los órganos de decisión del partido a aquellos socialistas que pudiesen dar problemas, mediante procedimientos más sutiles, como el de asignarles puestos bien retribuidos y tranquilos. En esta “limpia” incluimos a: Francisco Vázquez Vázquez, alcalde de La Coruña, que ha sido nombrado embajador en El Vaticano; José Borrell Fontelles, que le han enviado a “vegetar” al Parlamento Europeo; Joaquín Almunia Amann, que le han desplazado a la Comisión Europea, como Comisario por España; Alfonso Guerra González, Presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, que tiene que “tragar” con unos Estatutos, a todas luces, inconstitucionales y además le han dejado mudo, privando a la ciudadanía de sus frases ingeniosas.
Otros socialistas de prestigio, como Manuel Marín González o Joaquín Leguina Herrán, han decidido abandonar la política, hartos de aguantar las “bufonadas” de “M.Bean” y de su acólito, José Blanco, aprendiz de dictador.
Y, finalmente, otros, como Rosa Diez González, que han dejado el partido para crear una nueva formación política donde se respire libertad y democracia, conceptos, teóricamente, fundamentales del partido socialista.
Esta operación “limpieza” llevada a cabo ante la pasividad de las figuras destacadas del socialismo español, conduce inexorablemente a un partido en el que primará el “caudillismo”, y las decisiones y elecciones internas se aprobarán por aclamación, como en los mejores tiempos del franquismo.
Triste realidad para un partido centenario que ha caído en manos de un “iluminado” ingenuo (Alfonso Guerra, en privado, le apoda, “Bambi”), la modalidad más peligrosa de la especie humana, tal y como recoge la Historia, con abundantes ejemplos de esta clase de individuos y de los daños, en algunos casos, irreparables que produjeron a sus conciudadanos.
Y a todo esto, me pregunto ¿En qué se ha convertido el partido socialista, que durante toda su historia nos ha vendido la imagen de partido modélico en su defensa de la libertad y del respeto a la democracia interna?.
¿Cómo pueden aguantar, una vez si y otra también, sus aventuras y disparates, cuando siempre han presumido de inconformistas y reivindicativos frente a las injusticias?.
¿Cuantas críticas han vertido sobre otros partidos porque los candidatos eran designados por los “jefes”, y estos hacían y deshacían a su antojo?.
Buscando alguna justificación lógica a esta anómala situación, solamente me vienen a la mente dos posibles explicaciones. La primera, conduce a pensar que el socialismo español se ha transformado en un partido burgués y “pancista”, que aplica el dicho “a vivir que son dos días”. La segunda, me preocupa más, ya que supondría constatar que el poder actual de la masonería en España es más fuerte de lo que podíamos imaginarnos, tal y como sucedió cuando se proclamó la 2ª República, en que casi la mitad de los miembros del Gobierno pertenecían a alguna logia masónica.




Madrid, 11 de noviembre de 2007

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